Aunque atendiendo a los canales y altavoces masivos todo parece monotema, hay muchas voces interesantes. No hacen tanto ruido… pero van ganando terreno.
El problema es conseguir filtrar y organizar, sobre todo cuando te mueves en diferentes frentes, porque las anotaciones importantes, las pistas, el «tengo que pensar en esto», se multiplican y produce momentos de saturación y duda (me interesa… ¿para?). Rescato una cita aplicable a la vida:
El lector tiene siempre razón… y nadie le puede arrebatar la libertad de hacer de un texto el uso que le cuadre.
Y esta libertad implica hojear, volver atrás, saltarse pasajes completos, leer las frases a contrapelo, entenderlas mal, transformarlas, buscarles una continuación diferente, adornarlas con todo tipo de asociaciones, sacar conclusiones del texto de las que el texto nada sabe, sentirse molesto por el texto, gozarlo, olvidarlo, plagiarlo, y también, en un momento dado, tirar el libro en cualquier rincón. Toda lectura es un acto anarquista. Pero la interpretación, y muy especialmente aquella que pretende ser la única correcta, se ha propuesto yugular ese acto. (Hans Magnus Enzensberger)
Reconozco que soy adicta a subrayar y descontextualizar del origen para reorientar mis propias indagaciones. Me encanta re-utilizar las ideas, incluidas las propias cuando se lo merecen. Y es que los caminos no son rectos y unas vueltas más allá, la perspectiva cambia: la rueda adquiere nuevos usos, lo im-posible se materializa, y las antiguas ideas locas entran en el campo de lo obvio que ya todo el mundo reivindica.
2023 ha sido un año rico en descubrimientos y encuentros sobre los que necesito escribir para reflexionar y aplicar. Confío en que 2024 permita reservar ese tiempo precioso para descasar… y seguir avanzando.