Consultoría y realidades

Educación, aprendizaje y re-conocimiento

«Europa debe actuar»

Dice la UE que los currículos de los europeos está plagados de cursos, talleres  y experiencias profesionales que rara vez tienen reconocimiento oficial. Por eso, pocos días después de presentar la nueva estrategia de educación anunció que se homologará a nivel europeo la formación no académica de los trabajadores.

Definen el objetivo de “sus” desvelos actuales en torno a “mejorar las posibilidades de empleo de quienes puedan acreditar una formación al margen de los títulos académicos”. ¿Y en qué se traduce? Pues en un sistema común de certificación que tendrá que estar listo para… ¡2018!

En la crisis actual es muy importante permitir que las personas que tengan otras capacidades puedan demostrarlas y encontrar así un trabajo. (Androulla Vassiliou, comisaria de Educación)

Ya en el documento de la Estrategia Europea 2020 (en curso desde hace dos años) se dejaba claro que la crisis, y sólo la crisis, es la responsable de lo que ocurre y que salir del atolladero exigía “planteamientos osados”, lo que permitió traer al centro del discurso la flexiseguridad sobre el que viene construyendo su modelo en Dinamarca desde hace un siglo.

Pero es lo de siempre, la etiqueta no transforma un mal contenido ni construye por si misma el contexto. Y cuando falta la intención, o cuando se tiene muy clara, todo cabe en las diferentes interpretaciones que surgen de esta hibridación flexibilidad-seguridad ya que, a la vista está, lo que se “pretendía” combatir ha empeorado: la tendencia alcista del desempleo, la segmentación de los mercados de trabajo, las trayectorias laborales inestables y discontinuas y la exclusión social, así como el mecanismo básico para fomentar la competitividad y el crecimiento económico.

Se pregunta la UE donde queremos estar en 2020 y afirma que el núcleo debería estar constituido por tres prioridades en su crecimiento que ha de ser: inteligente, sostenible e integrador. Y en la base la educación, lo que nos lleva a la nueva estrategia de educación y futuras homologaciones que comentaba más arriba.

Curiosamente, el hecho de que la UE se dé al fin por enterada de esa plaga de aprendizaje alternativo coincide con el estallido de la oferta de cursos masivos abiertos, MOOC, por lo que todo apunta que esta pretendida apuesta de futuro es, una vez más, una reactiva medida que se traducirá  en otro tedioso e ineficaz sistema de complejización burocrática.

Cuando todos los Estados los desarrollen, trabajadores y parados podrán someter su conocimiento y experiencia a ese proceso. El Estado deberá apoyar a los ciudadanos para que identifiquen su bagaje, con especial atención a los grupos más desfavorecidos, principalmente los desempleados. La Comisión insta, además, a implicar en este proceso a las patronales, los sindicatos y cámaras de comercio, entre otros colectivos.

Aprendizaje y educación no significan lo mismo, y mucho menos cuando la proliferación de debates no hace sino dar vueltas en torno a los diversos parches que se van colocando a un sistema que necesita evolucionar. No conozco a fondo la trayectoria, ni las intenciones, de la comisaria de educación pero, aunque entiendo que debe adaptarse al nivel del inmovilismo a combatir, sus palabras pintan realmente lúgubres:

Es vital que el parado con otras capacidades pueda demostrarlo

Si algo pone de manifiesto es que la brecha tiene raíces profundas que se va ramificando de forma que cada nueva oportunidad no hace sino acelerar la descomposición del no-sistema que nos atrapa.

Europa tiene que responder al aumento mundial de calidad de educación y oferta de capacidades así que se anima a los Ministros de Educación de la UE a que intensifiquen su cooperación en materia de “aprendizaje” y a mejorar el reconocimiento de las cualificaciones y capacidades incluidas las adquiridas al margen de los sistemas de educación y formación formal.

Reflexión aparte merece cómo afectará la nueva estrategia de educación a la situación del profesorado ya que todo parece indicar que tras la necesidad de contribuir al espíritu emprendedor de los estudiantes, se esconden habilidosas y culpabilizantes tretas que la sociedad acabará por aceptar y escenificar.

Terrible esta tendencia de matar al mensajero.

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13 comentarios

  1. Pingback: IG
  2. Hola Isabel, también me llamó mucho la atención las urgencias en llevar a la práctica ese proceso de acreditación https://twitter.com/josegll/status/273449253714669569. Pero no solo.

    Lamentablemente este es un asunto que siendo clave no deja de marearse desde hace muchísimo tiempo desviando objetivos y posponiendo actuaciones.

    Todo ello propicia que los iluminados de turno descubran las bondades de sistemas de formación profesional con recorridos de más de 50 años y pretendan trasladarlos sin más como si se tratará del bálsamo de fierabrás. O que no se acometan con intenciones honestas las necesarias reformas de los sistemas de formación para el empleo sino que se aproveche, una vez más, para parchearlo y deformalo en otro sentidos.

    Precisa y certera tu visión : ‘Si algo pone de manifiesto es que la brecha tiene raíces profundas que se va ramificando de forma que cada nueva oportunidad no hace sino acelerar la descomposición del no-sistema que nos atrapa.’ Gracias por compartirla.

    Un saludo,

    1. Hola Jose. Pues es muy posible que el enlace me lo guardara por tu tuit, ya sabes que en estos temas eres mi informador de noticias frescas.

      Me temo que será de nuevo para “parchearla y deformarla”. ¿Sabes lo que más me cabrea? Que hay unos cuantos que saben perfectamente lo que están haciendo y se las ingenian para que la inmensa mayoría (tanto los que están dentro del sistema de formación como la ciudadanía en general) no podamos percibir el marco global. ¿Cómo seguir la pista a esta diarrea normativa sospechosa y ambigua que deja margen para todo?

      Y, lo más terrible, ¿Cómo agilizar estos monstruos burocráticos que tan caros nos salen y que suponen un freno?

      Pero seguiremos, la vida siempre se abre camino. Gracias Jose 🙂

  3. querida amiga esos monstruos burocráticos son muy útiles para disfrazar otras cosas, ya lo sabes y lo de los profesores no es de ahora si no que se lo digan a patronales y sindicatos. Hay para todos

    1. ¡Recuerdo perfectamente…! (y los responsables siguieron escalando, no lo olvidemos)

      Lo que ocurre es que lo que entonces era un buen negocio, no residual pero sí en las rendijas de la ley y al margen del sistema de educación como tal, parece que ahora, tras un fundido a negro (se me va notando esto del cine 😉 ), va a convertirse en el panorama oficial del no-sistema educativo.

      Ando en ello, armando el puzzle desperdigado entre normativas, recomendaciones, documentos estratégicos, proyectos de ley…

  4. El desconocimiento y el enrevesamiento que existe sobre estrategias, planes, objetivos, leyes… es terrible. Se «huele” por todos lados “privatización” en unos términos nada equitativos.

    «Terrible esta tendencia de matar al mensajero». Más claro imposible!!! Me dejas con las ganas de saber más. 🙂

    1. Lo malo es lo que comentamos muchas veces, que no saber lo que se está cociendo es como dar palos al aire, pero saberlo, y no poder hacer nada, es frustrante. Y agotador.

      En un estado tan normativizado como el nuestro, la lectura de boletines y documentos oficiales es muy importante. Y más aún estar al tanto de lo que se cuece en la UE. Es cierto que nada podemos evitar individualmente pero igual llegamos al punto de exigir a las organizaciones civiles que hagan su trabajo: anticiparse. Y pienso sobre todo en las empresariales (me refiero sobre todo a las sectoriales) y a las sindicales. Mantenemos tal cantidad de estructuras que es imposible llevar la cuenta y su utilidad es… inexistente. En realidad son contraproducentes porque se mantienen con el dinero de todos y sólo crean confusión y reinos de taifas.

      Si la única apuesta posible es la educación y esto es el anuncio de lo que va a pasar…

      Seguiremos desentrañando nebulosas 🙂

  5. no sé, hasta cierto punto esto me parece un imposible. Hay una parte de la educación que es demostrable, que por lo tanto es sometible a burocratización, a papeleo, a programa reglado, a vida curricular, etc. Pero hay una parte que no lo es. Una educación informal no es sólo una multitud de cursos online, de actividades entre pares, de charlas y conferencias a que se asiste o en que se participa, incluso que se imparten (porque cuando una buena conferencia o curso se imparte debería alcanzar ese grado de buena porque el ponente también aprende y por tanto puede… ponerlo en su curriculum de educación…). Es que incluso aún cuando sumes todo eso, el concepto experiencia es una sinergia que lo supera. No valemos lo que nuestros cursos y estudios, y no creo que se encuentre modo de evaluar ese extra.

    A mí me da la sensación de que esta gente está pensando en los procesos curriculares que conoce, los de entrada por concurso de méritos en las instituciones europeas, universitarias, y función pública. Entiendo que objetivizar es importante cuando el contratante usa dinero público, pero incluso ahí mismo puede haber parte del problema, en todo lo que se perdería por el camino porque en tiempos duros tampoco dejamos subjetivizar a la función pública (difícil proponer esto sabiendo lo que hacen muchos de nuestros representantes que deben ser ejemplares con el dinero, no?). Pensando en parados de larga duración y excluidos, es estupendo que estas iniciativas puedan ayudarles, pero lo dudo: veo las tretas que comentas, veo esa misma oscuridad (‘lúgubre’) en los comentarios hacia ellos.

    Pobres señores de los departamentos de contratación, iban a dejar de existir. Bueno, igual lo dejan de todos modos, ja!

    1. «No valemos lo que nuestros cursos y estudios, y no creo que se encuentre modo de evaluar ese extra». Con esta frase tuya está todo dicho.

      Me gusta lo que dices sobre lo que se aprende al impartir cursos o dar una conferencia. Realmente es cuando pones a prueba no sólo aquello sobre lo que se supone que tienes algo que enseñar o compartir, sino todo lo que hace falta tener para poder transmitirlo. Participar en el proceso de generar conocimiento es el mejor de los aprendizajes.

      ¿Y todo el dinero y tiempo que se nos va en ese rizar el rizo de lo burocrático? Hablan de lo que necesitamos ya, y se ponen objetivos de procedimiento para 2018. Sólo con mirar cinco años para atrás vemos lo que ha cambiado todo, ¿que hay de estratégico en esos planteamientos?

      Lo que da que pensar es que, de haber alguna estrategia, se basa en conseguir esa mano de obra empobrecida, y por tanto barata, que acepte lo que sea. Así volveremos a situarnos como receptores de fábricas (porque se siguen fabricando cosas y se seguirá haciendo).

      El tema de la educación es muy preocupante, sí lo es.

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