Consultoría y realidades

La visión frente a la alfombra roja del poder

InversoresIncómoda Visión…

Los mercados de inversión son conservadores. Por definición, y (casi) sin excepciones. Avanzan como los coches de choque y cuando se tropiezan con la visión, que siempre surge en los márgenes, simplemente la fagocitan de tal forma que la asfixian.

Tras la prepotencia de los mercados de inversión no hay otra cosa que ansiedad porque no soportan la incertidumbre. El dinero y la visión caminan por sendas opuestas dejando para la nostalgia aquello de que había una vez… el mercado

Qué hermoso era el mercado. Ha sido una invención extraordinaria. Hace diez mil años – o tal vez un poco antes. Todavía hoy nos divertimos, como turistas, cuando en cualquier país extranjero donde la tradición sobrevive vemos un mercado en toda su turbulenta vitalidad. O cuando, también en nuestra tierra, encontramos alguno que conserva la estimulante atmósfera de otros tiempos. (Giancarlo Livraghi)

El problema, que no dilema, es que la visión no surge por generación espontánea. Es el resultado del proceso de reflexión sobre la observación y el experimentar haciendo, no del escrutinio para exprimir la nueva vaca lechera. La visión no está en los mercados de inversión porque sus alfombras rojas están plagadas de tópicos, aunque pretendan hacernos creer su respeto por el mito del garaje.

Aunque no soy programadora, ni adicta a la tecnología, he disfrutado con la serie Halt and Catch Fire que ficciona bastante bien las rutas del poder, la transgresión tecnológica de los 80 y una parte de la historia de dos de los grandes: IBM y Compaq.

De sus innumerables perlas, me quedo con ésta de la segunda temporada, cuando la disrupción al fin ha conseguido tocar la alfombra roja y… empieza la verdadera carrera de obstáculos en los mercados de inversión.

–  ¿Como saben realmente que hay suficientes usuarios ahí fuera para ganar una fortuna?

–  Lo sabemos, por ejemplo, las encuestas en las tiendas, el boca a boca… hay todo un mundo de datos

–  Si… [ofensivo y condescendiente] con pruebas como esas, ¿cómo llevarle la contraria?

Claro, ¿para qué escuchar lo que se dice en la calle? ¿cómo dar lecciones a quien sabe tanto de inversión y de futuro? Pero luego llegaron los programas de mensajería, las redes sociales y… el incesante ruído del Big Data.

Como bola extra está la insultante pregunta final de los inversores cuando se sienten acorralados, que no deja de ser otro de los múltiples sesgos y tópicos que se manejan en las rutas del poder. Mejor ver la secuencia, intensa a pesar de su brevedad.

(2:35 m.)

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7 comentarios

  1. Muy, muy interesante el tema que planteas, Isabel. Y, desde mi particular punto de vista, muy actual. La sobreestimación de la información de laboratorio frente a aquella, más orgánica, que se desprende -como el vapor- de las personas y obtenidas en escenarios –digamos- informales, es todavía una realidad que choca con recientes estudios llevados a cabo por prestigiosos científicos en el campo de la neurociencia, la conducta y la economía [D. Kahneman, V. Ramachandran, D. C. Dennett, J Haidt entre otr@s].

    Me alegra comentarte que contemporizamos en inquietudes ya que estoy trabajando sobre la gestión del conocimiento experto que se manifiesta a través de la intuición y que puede ser la expresión de un big data “interno” con sus virtudes y sus correspondientes sesgos.

    Extraordinario el fragmento de vídeo que nos ofreces, muy, muy rico en matices. Estoy agradecido [y maravillado] de tu capacidad de observación sin la que se me hubiera pasado por alto el fragmento del diálogo que reproduces en el post. Tremendo todo lo que reproduce este fragmento a nivel de comunicación verbal y no verbal. Por otro lado, como bien apuntas, la secuencia exuda otros temas también muy relevantes.

    Muchas gracias. Un saludo.

    1. Empiezo por tu perla: “La sobreestimación de la información de laboratorio frente a aquella, más orgánica, que se desprende -como el vapor- de las personas y obtenidas en escenarios –digamos- informales” Anotada 🙂

      Me apunto también lo del “big data interno”. Entre ese big data interno y lo del vapor que se desprende de las personas de repente me imaginé una calle llena de gente en la que cada persona llevaba sobre la cabeza su propio tornado. Llevado esto al ámbito empresarial, durante años me ha resultado difícil entender por qué fracasaban, o no avanzaban, algunos proyectos que yo veía tan claros. Lo curioso es que (casi) todo el mundo proclama eso de que lo importante son las personas, pero hay mucho desconocimiento, cuando no discursos vacíos, o incluso manipuladores. Pero esto no lo entendí bien hasta que llegué a tu blog y me encontré por fin unos planteamientos y una forma de trabajar completamente diferentes a lo habitual. Y fui entendiendo la importancia de desmenuzar y profundizar en todo aquello que tendemos a dar por hecho. Ya que tanto se habla de priorizar, parece que se nos olvida aquello que decimos que es importante.

      Volviendo al vídeo, me cautivó esta secuencia porque lo tiene todo. Yo me he quedado más con el contexto empresarial pero estoy segura de que tú sacarías muchísimo partido desde la perspectiva de las relaciones, las jerarquías vs. liderazgo, el talento, los mecanismos y bloqueos en la comunicación…

      Ya la primera secuencia es sumamente representativa de ese doble juego de hipocresía tan al uso. Me refiero a la autenticidad de cómo se ha vestido cada una y las dudas que les entran a ambas al encontrarse. Inseguridades sobrevenidas porque sólo por esa diferencia de vestuario y actitud ya se desprende la complementariedad de talentos tan necesaria para el éxito de un proyecto. Recordando como recreabas recientemente una escena de “Entre copas” para hablar de las diferentes formas de escuchar, intuyo lo que podrías hacer con esta.

      Gracias Manel. Un saludo.

  2. ayer dejé un par de comentarios y no los veo, a menos que ahora te de por censurar aviso por si se colaron en algún sitio equivocado como pasa con el correo.

    1. ¡Cierto Ramón! Mis disculpas, debió coincidir con una problema que hubo ayer en la base de datos y no entraron. Pero sí están los correos de aviso y ahí vienen lo que escribiste. Aunque ya sé esto es menos disculplable porque tendría que haberme dado cuenta, puedo restituirlos ahora mismo y a ello voy. Pero ya los dejo con fecha de hoy, para que no quede ilógico éste 😛

    2. creo que dais por supuesto un valor y una profesionalidad a las personas que no es lo que se suele ver ni a las que escuchan los proyectos ni a las que los presentan, aunque lo de escuchar es un decir porque en el area en la que yo trabajo llegan muchos proyectos y si el titulo del proyecto no coincide con lo que suena en los titulares ya nadie le quiere prestar atención. Hay algunos como los del video, pero rara vez llegan a la alfombra roja que dices.

      1. Aunque hay mucho de razón en lo que dices, tengo la impresión de que tiendes a identificarte con los inversores por las comisiones de evaluación de los proyectos que se presentan a las convocatorias de subvenciones. Y aunque a veces hay quien se cree dueño del dinero que “tan sólo administra”… no es lo mismo. Y fíjate que creo que esa es la trampa, igual que ocurría hace años con los directores de banco (uso el masculino porque la mayoría eran hombres), que se creían banqueros en vez de bancarios.

        El dinero es un concepto absurdo como referencia de poder. Por un lado porque ya se sabe que no es el dinero que se tiene sino la capacidad de endeudamiento lo que cuenta y eso va ligado a muchos factores perversos como es el manejo de información, los contactos (la corrupción es lo que tiene) y el “potencial para”. Daría para un post esto, igual lo uso.

        Por otro, la capacidad de contagio no viene sólo por el hecho de tener dinero, parece que el simple hecho de manejarlo es motivo suficiente para despertar el lado oscuro de muchas personas. Debe ser que el olor y el color del dinero se mantiene en nuestro imaginario, aunque ahora todo sean transacciones virtuales. Seguro que los dos que aparecen en el vídeo no son más que meros ejecutivos de “alto nivel” agobiados por deslumbrar a quien de verdad tiene el poder. Y saben dónde acabaran si se equivocan.

        Sin embargo, aunque he aprovechado tu comentario para indagar en un enfoque que no había tocado, también reconozco que tienes razón en lo que dices. Hay quien presenta proyectos que son humo, puro producto de modas y tendencias que hay que aprovechar mientras no estalle la burbuja. Lo sé, hay de todo.

        Gracias Ramón 🙂 Y disculpa por no haberme dado cuenta de que no habían entrado tus comentarios.

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