Conversacional

«Máxima promiscuidad entre métodos»

Elfuturo del progreso-2Anotaciones sobre «El pensador intruso»

Multidisciplinar e interdisciplinar son cuestiones diferentes. Reunir en un equipo de trabajo a personas de distintas disciplinas no garantiza ni el intercambio ni la generación de conocimiento porque, aun en el caso de existir coincidencias entre alguna de sus tres características (objeto, método o lenguaje), es necesario alejarse de lo establecido para adentrarse en las fronteras.

Nada hay más interdisciplinar que la realidad y el fluir del pensamiento, por más que los planes de estudio se esfuercen en compartimentar. Sin embargo la potencia de las ideas de nada sirve si no pueden ser compartidas:

El pensamiento es siempre interdisciplinario, por táctica definición, sólo queda empeñarse en que lo sea también el conocimiento, por explícita intención.

El pensamiento interdisciplinario es aquel por cuya teoría todo el mundo tiene simpatía, pero cuya práctica pocos ejercen. Se reconoce como fecundo pero siempre se va aplazando todo lo posible la proximidad de la frontera. ¿Por qué habríamos de favorecer el pensamiento interdisciplinario si, como parece, requiere más riesgo y más dispendio de energía?

La conversación

En el desarrollo de su ensayo, Jorge Wagensberg define la interdisciplinariedad como la máxima promiscuidad entre métodos, materiales e intuiciones. Y entonces, cuando se consigue, es cuando la doctrina regresa y el interés por lo ajeno progresa.

La interdisciplinariedad se maneja sobre todo en la libertad de las ideas, que no necesitan licencia para sobrevolar fronteras. Pero, para que fructifiquen hacia el conocimiento deben ser transmitidas de una mente a, como mínimo, otra. Como dice el autor, conseguir comunicar un mínimo de conocimiento que despierte un máximo de pensamiento. Y ahí la dificultad.

La conversación entre especialistas ahonda el grado de especialización. La conversación interdisciplinaria ensancha y perfora las fronteras entre disciplinas y enriquece el pensamiento generalista.

Cuando las fronteras interdisciplinarias se hacen impermeables y cada pensador tiende a refugiarse tierra adentro de su disciplina, entonces es síntoma claro de que la disciplina protegida en cuestión es un territorio que ha entrado en zona de plena alarma roja de sequía. En una atmósfera disciplinaria, las ideas circulan verticalmente. Es cuando el rigor científico se confunde con el rigor mortis. Es cuando la pureza vela por el aislamiento y la eliminación de cualquier presunta impureza. Es cuando la tradición se convierte en prohibición de cambio. Es cuando las personas dejan de ser admiradas por su talento y su esfuerzo y pasan a valorarse por su lealtad hacia las jerarquías superiores. Es cuando la gente empieza a callar y a esconder las ideas. Es la señal de que la decadencia imparable del conocimiento ha comenzado.

Es posible que este proceso sea inevitable. Todo empieza bien cuando emerge el talante interdisciplinario y todo acaba mal, incluso lo que empieza bien, cuando las disciplinas se protegen o se ignoran las unas a las otras. Casi todos los proyectos nacen y suben interdisciplinariamente y decaen y mueren disciplinariamente.

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14 comentarios

  1. Lo gracioso es que el proceso de mezcla se haya topado con un escollo en la vía tecnológica. Ahora, cuando se supone que debería resultar más sencillo, gracias a los formatos, proporcionar fugas a conocimientos paralelos (y transversales), resulta que el problema aparece con el hecho de que la herramienta es en si misma una nueva disciplina, lo que en realidad nos llevaría a un principio de aprendizaje gramatical o procedimental, no sabría muy bien donde anclar esto.

    Total, que al final parece que todo aquello que debería servir para crear una comunicación más fluida ha llegado a un punto en que puede entorpecer, y en el que es mas definitorio el botón que pulsar que lo que se va a ver después. Supongo que no deja de ser una costumbre muy arraigada en el Ser Humano esta de buscarse problemas…

    1. Plas, plas, plas…

      Un excelente ejemplo del nacimiento interdisciplinaro y decadencia disciplinaria. Que ya sé que no está en decadencia… la tecnología es ahora el dios al que adorar, la nueva “disciplina” que se atesora a sí misma. Y los que la manejan son el novamás, el resto todos “aprendices de” que vamos a remolque. Pero un par de generaciones más, como mucho, y no habrá nada que entender, simplemente “apretar botones” y a nadie interesará lo que hay detrás.

      Intentando seguir la línea de razonamiento del ensayo, se está creando un nuevo lenguaje que terminará por asentarse y será “empujado” por una nueva tendencia disruptiva que irá creciendo desde la frontera. En la forma en que la tecnología se canibaliza a sí misma está el germen de su destrucción.

  2. Ese «para que fructifiquen hacia el conocimiento deben ser transmitidas de una mente a, como mínimo, otra.» al que el autor añade «aunque esa otra sea la misma», tiende hacia la idea del exocerebro que ya hemos comentado en otros espacios. Un ejercicio, el nuestro, de interdisciplinariedad ejemplar [para variar ;-)]

    Me encanta lo de «promiscuidad» entre métodos. Marca deliciosamente el carácter necesariamente indiscriminado y lúbrico de los contactos entre conocimientos.

    Un abrazo, Isa 🙂

    1. Tal cual Manel! Es que tu post, en el que exponías lo del endo-exocerebro, y la cita de Jorge Wagensberg en tu bloc de notas me llegaron como un regalo, diría que además del ejercicio de interdisciplinaridad algo de telepatía también parece haber 🙂 Me está encantando el libro, encuentro que tiene un buen equilibrio entre lo argumentado y lo disruptivo. Y algunas perlas magníficas que voy pasando a mis notas. Lo cogí en la biblioteca pero éste lo voy a tener que comprar porque es de los que necesito subrayar. Sin duda, una recomendación tan acertada como la de Locke 😉

      Lo de la “promiscuidad entre métodos”… ¡es genial! Suena a abundancia, a generosidad, a disfrute, a reto, a… Solté una carcajada al leerlo, igual que un poco más adelante cuando dice que si el cerebro no tiene retos se ofende:

      “El cerebro, para anticipar la incertidumbre, se alimenta de cambio, como los pulmones se alimentan de aire, la boca de saliva o el corazón de sangre. Si la incertidumbre externa es escasa, el cerebro sufre por aburrimiento y se ofende”

      Un abrazo!

  3. El triunfo de Wagensberg creo que está en ser tan clarito en analizar los métodos y explicarlos históricamente y en relación a sus objetos. No es fácil encontrar libros de epistemología tan directos y entendibles, por eso esas primeras cien páginas del libro son tan estupendas y se siguen tan bien. También es cierto que hace tiempo que no leía cosas tan centradas en esta cuestión, si bien es cierto que hay divulgadores científicos actuales muy dados a estas reflexiones en la frontera, desde su disciplina, claro.

    En los artículos breves de la segunda parte me está costando más entrar, a veces parecen más deudores de una idea brillante que de un pensamiento más profundo, pero estoy a medias, ya veremos. En cualquier caso es un libro estupendo y una recomendación magnífica! Gracias por ello!

    1. Me ocurrió lo mismo con la segunda parte, hay algún artículo brillante pero otros se me hicieron aburridos, casi diría que prescindibles. Suelo decir que a muchas películas les sobran 20 minutos (o más) así que traducido a libros igual éste se podría aligerar en bastantes páginas.

      Después de leer “El pensador intruso” leí los otros y de alguna forma me ha resultado curioso porque es obvio que son los que le sirven de base, pero no siempre coincido con su selección. Creo que, efectivamente, a veces ha tirado de alguna idea brillante y se ha dejado aspectos interesantes pendientes de desarrollar.

      Lo que dices de que hay divulgadores científicos que reflexionan desde “su frontera” me ha recordado a algo que dice en “Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?”

      «Toda disciplina científica inventada para llenar un hueco interdisciplinario agrava el problema de la interdisciplinariedad en justo una disciplina más».

      Me gusta esto de coincidir en lecturas y contrastar impresiones 🙂

  4. Desde la realidad que me rodea, estoy cansada de ver cómo el recelo entre los profesionales hace que los proyectos interdisciplinares se conviertan en satélites trabajando bajo un mismo nombre. Proyectos que nacen con mucha fuerza y mueren en el papel, por no ser capaces de compartir el conocimiento.
    Leía hace poco un artículo de Jose Antonio Marina en el que decía más o menos que por el recelo de los profesionales se muere el pensamiento compartido y se da paso a seres estúpidos bajo una jerarquía. Vamos, que nos encerramos en nuestras disciplinas con el fin de destacar sobre otros, en vez de crear un pensamiento y un conocimiento compartido, mucho más potente que en individual (aislado).
    Empiezo a pensar que la interdisciplinariedad solo se sostiene en el papel o en el ideario de algunas organizaciones.
    Un saludo

    1. Hola Aiti 🙂

      Igual deberíamos prohibir el uso de la palabra interdisciplinariedad porque parece que nos contentamos con la etiqueta en vez de enfocarnos en el reto y el esfuerzo que implica. Creo que es algo que vemos en todos los ámbitos pero que ocurra de forma tan explícita en el tuyo, la educación, parece especialmente grave porque es la verdadera apuesta por el futuro.

      Ayer, trabajando en otro proyecto, recuperé algo muy interesante que decía Juan Freire sobre esto hace ya algún tiempo:

      “Por una parte innovamos “a hombros de gigantes” copiando y remezclando ideas y obras de nuestros antecesores. Por otra, nuestros procesos creativos se enriquecen si los desarrollamos de forma abierta y colaborativamente, y los resultados son más diversos y disruptivos si colaboramos con los que son diferentes a nosotros. En ocasiones nos referimos a esto con la etiqueta de interdisciplinariedad, pero que quizás sea un concepto demasiado conservador. Más bien lo que necesitamos es ser transdiscplinares o adisciplinares: no importa tanto el origen como lo que aportas y tus motivaciones; son esenciales la empatía (entender las razones y lenguajes del que es distinto disciplinar o socialmente) y la capacidad de diálogo para conformar equipos de personas diferentes que alcancen resultados relevantes”.

      Gracias por tu realista aportación. Un abrazo!

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