Consultoría y realidades

«Ventanilla cerrada»

Tú ya me entiendes

«Verdad es que nuestro país no es de aquellos que se conocen a primera ni segunda vista«, dice don Mariano en su célebre Vuelva usted mañana.

Casi 200 años después, incluso con los avances tecnológicos de los últimos años, la indolencia de la que hablaba Larra sigue tan arraigada en el imaginario colectivo que nos aferramos a los viejos mensajes, aunque el contexto no tenga nada que ver.

La recién modernizada oficina de correos en que hice la foto tiene todos los adelantos, técnicos y estéticos, que cabe esperar. Bueno, casi todos, puesto que las personas que trabajan allí tuvieron que recurrir al delicioso arcaísmo del cartel para evitar que hiciéramos cola en aquella parte del mostrador. Es decir, un sencillo mecanismo que nos ahorró tiempo y frustrantes explicaciones a los de dentro y a los de fuera.

Hace un tiempo hubiera(mos) pensado que era la hora del café, pero el disciplinado silencio con el que nos dispusimos a sufrir la larga cola (única opción disponible) parece indicar que para cambiar la arraigada percepción de “pereza” lo que hacía falta era la crudeza de la aplastante realidad: los recortes de personal.

No hay mucho que innovar en ciertos asuntos, las ideas simples y potentes, como la de la «ventanilla», funcionan. Y ya sabemos que a buen entendedor…

Claro que todo esto ocurre en un momento en el que necesitamos ser productivos y contener el gasto (que no es lo mismo que meter la tijera), pero nadie parece pensar que las nóminas eliminadas implican más gasto, mal llamado social, y que el valor del tiempo de los que tenemos que «gestionar» nuestras empresas y nuestras vidas tiende irremediablemente a cero.

Pero pensar en las causas, o que estas son demasiado complicadas para poder actuar sobre ellas, vende poco. Pero eso también lo decía Don Mariano:

Muchas veces la falta de una causa determinante en las cosas nos hace creer que debe de haberlas profundas para mantenerlas al abrigo de nuestra penetración. Tal es el orgullo del hombre, que más quiere declarar en alta voz que las cosas son incomprensibles cuando no las comprende él, que confesar que el ignorarlas puede depender de su torpeza.

Los viejos códigos pueden ser tan efectivos como peligrosos. Y ni siquiera me preguntaron por qué hacía la foto.

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18 comentarios

    1. ¿Te refieres a lo de la foto? Pues sí que me pareció raro, de hecho primero hice una discretamente y al ver que no me decían nada me acerqué (ya sabes que la cámara de la black va a su aire). Me miraron pero siguieron a lo suyo como diciendo, ¡que más da!

  1. Encuentro al personal muy tanquilo, o tal vez en ese silencio anterior a la tormenta …. no sé ….

    Mi mente se mueve entre la violencia y el asombro …. aunque cada instante me digo «recuerda …. la Vida, tiene un Plan» ….

    A veces veo un gran puzle multidimensional en movimiento, pero a veces …. pierdo toda referencia ….

    El mundo es distinto al de «siempre» o, tal vez, lo veo distinto a otras veces ….

    Ahora los detalles me fascinan, los pájaros cantan por la mañana en los pocos árboles que hay al lado de mi despacho, los escucho con ensimismamiento ….
    Noto el sol más que antes, esta mañana cuando ha salido he sentido esa sensación de calidez cuando sus rayos te dan en los días frios ….

    1. A mí también me destaca esa extraña tranquilidad. Lo de que “la Vida tienen un Plan” te lo había leído en un comentario, creo que el blog de Manel, y ya me había gustado. No sé si ponerme un cartel con ella 🙂

      Ese espacio entre la violencia y el asombro debe ser el que tenemos que aprovechar para encontrar la ruta y construir caminos. Mejor digerir el asombro para no caer en la improductiva violencia. Y esto me recuerda a una conversación de hace tiempo en la que comentabas que es un tema que te interesa especialmente.

      Suelo desayunar junto a un gran ventanal mientras enciendo el ordenador y disfruto del amanecer, no hay día que no me quede mirando y saque alguna foto. Y no me puedo ir a dormir sin mirar al cielo. Creo que es mi forma de sentir que las referencias son sólo eso, algo temporal para seguir avanzando o buscando otras nuevas.

      Y cuando el cemento me agobia siempre quedan las nubes… Este comentario tuyo tiene entidad propia, me lo llevo a al blog de notas. Gracias Juana 🙂

  2. Hay que ver lo conseguido que está el cartel, difícil de replicar aún poniéndole empeño! Al principio he pensado que algo tipo ”vortex” debía cernirse sobre las oficinas de correos pues siempre tienen algún detalle que te hace viajar al pasado y que las devuelve al color sepia de antaño…no sé, a veces sólo se trata del “bic cristal” que sigue todavía atado mediante un cordel al otro lado de la ventana de metacrilato, quizás con el nombre del dueño escrito “a boli” en un papelito colocado en el interior de la caña, o del libro de entregas donde en aquel espacio microscópico has de firmar, poner nombre y apellidos y la fecha o del cartel fabuloso que nos muestras. Pero al final me ha entrado una sensación dulce, como de ternura quizás también por ese “antes” que cada vez queda más lejos. Vaya que el cartel no me disgusta, le da al conjunto como una quietud…

    Quizás no han reaccionado ante la foto porque han “recortado” al segurata, porque no está descrito en la RPT, porque no se trata de un enclave militar estratégico…como se considera a los cuarteles… o, los más seguro, por aquello del Open Data 😉

    Lamentable lo que está pasando con la función pública. Cierto que hay que contener el gasto pero no a costa de los funcionarios, al fin y al cabo son los únicos que, hoy por hoy, tienen sentido y no sobran en el ámbito de lo público.

    1. Pues la sensación era algo así porque mira que es grande esa oficina y parece que todo se concentraba en el cartel. Pero no sé si le pasaba al resto de la gente porque simplemente al verlo marchaban disciplinadamente para la otra cola. Creo que como los tiempos andan un poco grises, ya apenas se repara en los tonos sepias que nos están invadiendo.

      Es curioso como conviven todos los elementos que describes con la modernidad porque ahí sigue el boli con el cordelito al tiempo que también tienes que firmar en el tablet ya que cada proceso va a tantos sitios… la modernización casi nunca se hace desde el origen. La verdad es que si pensamos en el trabajo tan absurdamente repetitivo al que se ha condenado siempre al funcionariado, tampoco es de extrañar que generara esa sensación de apatía. Todo sentido de la tarea y nada de sentido de la misión, que todas las personas de la organización deben conocer y compartir pero, como bien sabes tú, eso no suele ocurrir. Hemos comentado en más de una ocasión lo difícil y necesario que me parece el trabajo que tú realizas en la administración, sería bueno que te clonaras para avanzar mas rápido en resultados 😉

      No se yo como quedará ahora lo de la RPT con esto de los machetazos (porque lo de tijeretazos se queda corto) a las plantillas. Tengo pendiente un post que tiene relación con este tema porque en pocos días se me juntó la participación en una jornada del Consello de Relacións Laborais sobre la reforma laboral (y yo en la parte empresarial, ya sabes) y una charla a las alumnas de un curso superior de orientación laboral. Buscar enfoque y el tono para decir lo que hay que decir, no fue fácil.

      Impresionantes los titulares de la foto que enlazas. Como dice Juana arriba, es extraño que no haya saltado todo ya. Escuchaba esta mañana en la radio el nuevo plan de recortes de Grecia… y nuestros altos cargos tomándonos el pelo. Pero, por otra parte, esta manipulación que se está haciendo ahora con lo social… Parece que se siguen buscando rendijas amparadas en discursos.

      Mejor nos quedamos con el encanto del cartel. Gracias Manel 🙂

  3. Es increíble la lectura y el análisis económico, social y productivo que realizas del cartel: muy parco en palabras, hecho de aquella manera y que aparentemente sólo dice “aquí no” (ir a Correos es toda una aventura!).

    Lo vuelves a mirar después de leer el post y ya tiene otro sentido, mucho más completo, mostrando una realidad semioculta o en la que simplemente no reparas… una excelente manera de abrirnos los ojos ante las pequeñas cosas.

    1. Las oficinas de correos parecen el túnel del tiempo. Esta nos la conocemos bien, ¿verdad? No es la primera vez que aprovechamos la cola para conversar, o que nos quedamos con la opción de sonreír en vez de cabrearnos.

      Dan ganas de explicar a la gente que la política (que no los partidos políticos) sí es cosa de todos, que todo lo que se cuece por ahí arriba afecta a nuestras vidas, pero es tan complicado…

      Quizá es este «hacer grande lo pequeño» que tenemos se nos ha agudizado con Máscaras, con todas esas capas que vamos moviendo en un constante cuestionar-nos.

      Terminaremos siendo expert@s en la importancia de las pequeñas cosas 😉 Gracias Tamara.

  4. Hace poco escribía en mi blog acerca del rol del «cuidador», en sentido modélico, aquel que piensa en los clientes de uno en uno y los cuida lo mejor que puede.

    Decía que era importante evitar el «efecto timbre», entendiéndolo como la falta de atención que padecen los clientes EN los momentos de espera.

    Esa incertidumbre del cuándo me atenderán, que genera cansancio, molestia, cabreo… la han solucionado rápidamente con el cartel que nos muestras, que también podría rezar : EL TIMBRE NO FUNCIONA.

    Al fin y al cabo cada uno reza lo que sabe y puede …

    1. Comentaba allí en relación al relato de Marta sobre las urgencias pediatría que lo cotidiano nos da oportunidad de desarrollar el potencial de la humanidad que tenemos dentro porque nos construimos en interacción.

      Si aprendemos sobre lo que cada uno sentimos en ese tipo de situaciones seremos capaces de cambiar la percepción sobre los demás, y por tanto sobre la propia actitud. Criticar es fácil, lo importante es ser coherentes poniendo en práctica eso que criticamos sin esperar reciprocidad porque lo bueno, aunque le lleve un poco más, también contagia.

      De todas formas el sistema necesita actuaciones a mayor escala porque la desmotivación y la apatía también tienen sus causas y no todas son personales.

      Mila esker Paulino 🙂

  5. Una pregunta de interés, dada la dejadez de un personal dispuesto a que lo fotografíes, o a dar esa imagen, o a querer darla, es si podría tratarse de un efecto buscado, un modo de protesta interno (obsérvese http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20121101/vizcaya/agentes-getxo-tiran-mascarilla-20121101.html). A fin de cuentas, entiendo que una oficina de correos grande y con varias ventanillas (nota de resignación: al menos no hicieron el cartel a mano y no hicieron faltas de ortografía) tiene que tener necesariamente carteles de ventanilla cerrada con una mejor imagen…

    1. Creo que sencillamente resolvieron una situación. Lo que indica el cartel es que se diseña mucho pero que el personal no participa puesto que hay necesidades básicas que no se contemplan. Se habla de atención al cliente pero la palabra “atención” tiene dos significados puesto que atender no es sólo “ocuparse de” sino “enterarse de lo que” ocurre y, ya para nota, de “lo que puede ocurrir”. Por cierto que no sé si no tendré yo por aquí algún post hablando de esto porque es parte del enfoque que utilizo en mi trabajo cuando un cliente quiere aprender de verdad a mejorar la “atención al cliente”.

      El enlace que pones no es sino un ejemplo más de lo imaginativos que podemos llegar a ser cuando ya es imprescindible organizar en grupo la protesta. Como nos decía un profesor hace años “intelectus apretatus, discurre que rabia”. El rizar el rizo con la ley de protección de datos no va a solucionar nada. Y menos ahora que la indiscreción en las redes, sobre lo propio y lo ajeno, está ya tan asimilada.

      Sin duda, un tema interesante para debatir, pero sobre todo para encontrar vías y enfoques. Y ya sabes como me gusta esto de desmenuzar lo aparente para ir a lo que no se ve 🙂

  6. El otro día comentaba lo increible de la situación social, parece que estamos asumiendo como válidos todos los recortes. Anoche en el telediario realizaron un comentario que daba la risa sobre la flota de coches oficiales y los recortes que iban a realizar. Se atrevieron a decir que se iba a recortar la flota de coches y de chóferes, aunque no se iban a realizar despidos, van a esperar a que los trabajadores se jubilen y amortizar sus plazas. Parece que los necios nos consideran a todos necios.
    El día que la sociedad explote pueden darse situaciones muy difíciles, ya que los que dan la cara son los trabajadores de los servicios públicos, claramente mermados, no los dirigentes que deciden invertir en aviones y no en recursos sociales. Tendremos que levantar la voz y no resignarnos.
    Un saludo.

    1. Hola Aiti! 🙂
      Resignarnos nunca, lo malo es que vienen por tantos frentes que es difícil saber qué hacer. Comentábamos estos días en el equipo, que toda la nueva batería de recortes para el rescate se va a anunciar en plena navidad con lo que el abatimiento generalizado puede ser aun mayor.

      Evidentemente muchas cosas son consecuencia de lo que no quisimos ir queriendo ver, pero no justifica al sentimiento de culpabilidad que pretenden inculcarnos. Una cosa es el sentido de la responsabilidad, individual y colectiva, como lección que debemos aprender, y otra muy distinta que nos sometamos a todo lo que venga ordenado desde el Olimpo.

      Y, como nos recordabas hace poco, ¿cómo enseñamos así a nuestros jóvenes a construir sus islas e interconectarlas?. Bonito ejemplo hemos dado. Sí, se va a poner todo muy difícil.

      Un abrazo!

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