Conversación: hablar después de escuchar con alguien que escucha antes de hablar.
Intercambio de ideas: un individuo es para la reflexión, dos individuos son para la conversación, unos diez son para la tertulia y unos cien para la conferencia.
La conferencia (unos cien) favorece la tertulia (unos diez).
La tertulia (unos diez) favorece la conversación (dos).
La conversación (dos) favorece la reflexión (uno).
La reflexión fomenta la independencia del individuo respecto de la incertidumbre.
A las ceremonias y otros encuentros (de miles o decenas de miles) no se acude a intercambiar ideas, sólo a recibirlas o a confirmarlas.
Las ceremonias y otros encuentros (de miles o decenas de miles) son para favorecer alguna identidad colectiva, para lo que no son recomendables las conferencias que estimulan tertulias que estimulan conversaciones que estimulan reflexiones.
Una sala de conferencias en la que caben miles de personas está bajo sospecha.
De ahí lo «sospechoso» de los mítines… ;-P
Sí, y demasiado ruidosos ¿verdad?
El azucarillo me recordó la secuenca de Jorge Wanenger 😉
a ver si es cierto lo del café. Pues eso, feliz año 😉
Lo del café siempre es una buena disculpa pero, ya ves, el sector de la hostelería está evolucionando. Ahora se están poniendo de moda los bares donde pagas por el tiempo y consumes lo que quieras.
Podemos ir conversando mientras preparamos el café. ¡Feliz año! 🙂