Otras miradas

«esta plaga de invariabilidad que está matando la alegría humana»

Invariabilidad genericaEn contra de esa «normalidad» de tendencias uniformantes que se extienden por toda la geografía, el fotógrafo Iwan Baan ha vivido los últimos años cámara en mano siguiendo cuatro ejemplos de Viviendas ingeniosas en lugares inesperados:

  • la Torre de David en el centro de Venezuela, un rascacielos de 45 pisos inacabado y abandonado (sin ascensores, paredes, electricidad…) que hace unos 8 años la gente empezó ha ocupar convirtíendola en una mini ciudad con espacios públicos, negocios y diseño personalizado para cada familia.
  • En Nigeria una comunidad llamada Makoko, un barrio bajo donde 150 mil personas viven sólo unos metros por encima de la laguna de Lagos. A pesar de que parece un lugar completamente caótico, cuando se ve desde arriba, parece haber toda una red de conductos de agua y canales que conectan todos y cada uno de los hogares y que les ha permitido diseñar todo tipo de servicios.
  • Zabbaleen en El Cairo, una comunidad de cerca de 70 mil personas descendientes de granjeros que comenzaron a migrar desde el alto Egipto en los años 40, y hoy se ganan la vida coleccionando y reciclando desechos de las casas de todo El Cairo. A principios de los 80, se asentaron en las colinas de Mokattam justo al límite del este de la ciudad. Cada familia se ha especializado en una forma de reciclaje así que construyen sus casas reservando la planta baja para la basura que es su forma de vida. Sin embargo… en cada casa, en cada apartamento se despliegan auténticas decisiones de diseño y están personalizados hasta grados inimaginables.

Cada apartamento es único, y su individualidad cuenta la historia de las circunstancias y valores de cada familia.

  • En China, Shanxi, Henan y Gansu en una región famosa por la tierra blanda y porosa de la meseta de Loess, vivían hasta hace poco unos 40 millones de personas en estas casas bajo tierra. Estas viviendas se llaman yaodongs y por medio de esta arquitectura substractiva, están construidos literalmente dentro de la tierra, pero con cuidados espacios públicos para la relación.

Casas hechas con amor y cuidado y pasión ilimitada

Como dice Iwan Baan en su charla, en la mayoría de estos lugares, la ausencia de gobierno es completa, dejando a los habitantes sin otra elección que recuperar materiales encontrados, y aunque estas comunidades están muy desfavorecidas, presentan verdaderos ejemplos de brillantes formas de ingenio, y demuestran que es cierto que tenemos la capacidad de adaptarnos a todo tipo de circunstancias. Y se pregunta lo que estas comunidades tan ingeniosas podrían crear por sí mismas, y lo singulares que serían sus soluciones si dispusieran de infraestructuras básicas que pudieran aprovechar.

Y mientras, en el «mundo desarrollado» anulamos la creatividad y el espacio público sucumbiendo a «esta plaga de invariabilidad que está matando la alegría humana» que dice Zita Cobb, la fundadora de la Fundación Shorefast, con sede en la isla Fogo, en Terranova.


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8 comentarios

  1. Hay que ver, con lo que cuesta poner de acuerdo a cualquier comunidad de vecinos en este país. El apartamento palaciego de la ciudad de la basura es una pasada, y lo del gimnasio del edificio en el piso 30 tiene gracia, será para los que viven desde ahí hasta el piso 45 porque sin ascensores parece un poco complicado tener clientes.

    1. El apartamento palaciego… que bueno 🙂 Desde luego no es mi estilo pero teniendo en cuenta lo que hay en las plantas bajas, tampoco me extraña.
      Lo que me maravilla en los cuatro ejemplos es cómo en todos los casos se diseñan espacios comunes. Y ese amor, cuidado y pasión ilimitada que se respira en los privados. Despues de verlo pensé en lo pervertida que está la palabra diseño.

      También pensé que lo de la inteligencia colectiva que tanto nos intriga es como lo de bailar, la mejor forma de aprender es bailando.

    1. Lo había visto el día que nos lo recomendaste, ¿te acuerdas? De hecho me acordé de inmediato de aquello de «síntesis entraña tesis» que dejara Iago en una anotación.

      La realidad se empeña en demostrarnos que todo depende de las personas pero eso para por los contextos que construimos. Lo complicado es que «la normalidad» hace tanto ruido que se sigue considerando como excepciones, montones de excepciones que no damos en considerar. Y luego la otra parte, como decía Jorge Wagensberg, las excepciones no confirman la regla sino su final en el principio de la siguiente.

      Gracias Manuel! 🙂

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