Otras miradas

Historias de hospital

Historias de hospital«Espacio nada»

A veces pides un alto y la vida te lo concede pero… tal vez el no haber imaginado el escenario hace que la parada sea en cualquier otro sitio.

Los hospitales son historias complejas en la que se entremezclan infinitos hilos argumentales de un tiempo y un espacio transitorio. No son una parada en tu historia sino un aterrizaje forzoso en las de los demás que te convierte en una pieza en decorados ajenos, una sombra en la espiral de normas fragmentadas.

Aquel día no había demasiada gente en urgencias y quise leerlo en clave de optimismo pero por más que intentábamos una conversación con chispa aquel no lugar no daba para muchas conquistas. Ya entonces la conversación con Pau se volvió a colocar en primera línea

«espacio nada» es complicado. Tal vez lo diferenciador es cómo llegas a él. No sé, estoy escribiendo sin pensar demasiado. Hay que ir con cuidado con lo que se desea porque a veces sucede y resulta que no es lo que querías.

Los hospitales son esa parte del paisaje que queremos cerca para no tener que ir nunca, tal vez por eso apenas prestamos atención a lo que no es sino una parte del proceso de la vida. No, no es una parada deseada pero cuando toca, hay que asumir el papel de protagonista para poder entender lo que ha ocurrido, que es la única manera de estar a punto para lo que haya que hacer en lo que tenga que pasar.

No es que se pare el tiempo, es que se empeñan en convencerte de que estás fuera. Probablemente a muchas personas les guste ceder las riendas, a mi me han recordado cuanto me gusta manejar las de mi vida. Tal vez por eso ha funcionado mejor mi radar de consultora que el de contadora de historias, porque los hospitales son una parte del proceso pero el cielo sigue ahí arriba:

A veces todo va demasiado rápido, incluso los lugares parecen querer huir. Y el cielo ahí arriba, recordándonos que merece la pena dejar de pensar en las cáscaras vacías y volar, incluso por encima de nuestra memoria.

Nota posterior: Manuel Calvillo aporta este video que transmite la importancia de lo que nos diferencia de las máquinas: el lado humano. Porque si no, ¿para qué?

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16 comentarios

  1. Voy al hospital cada día, es «raro» porque solo soy consciente de su «complejidad emocional» cuando voy a otro … me gustaría hacer de él un sitio más amable, más cotidiano, más cercano … pero eso llevaría tiempo y, tratar temas que nadie quiere …

    Besos y abrazos … muchos

    1. Supongo que esa es la clave Juana porque en el entorno de trabajo habitual lo que vemos es lo que engloba el puesto de trabajo y las propias responsabilidades, me refiero a planificaciones y jerarquías que despersonalizan y que en el conjunto del sistema dejan poco margen a lo que las personas puedan aportar.
      Yo encima cogí la implantación de cambios y recortes y las personas que trabajan allí casi ni nos veían porque toda su rutina estaba alterada y llena de incógnitas. A eso me refería con lo de «espiral de normas fragmentadas».

      Pero sí, no es difícil humanizar, de hecho se me ocurrieron un montón de «pequeños cambios» que serían fáciles de implantar, lo difícil es la escalada de autorizaciones…
      Mi perspectiva te tuvo bastante presente cuando pensaba allí en estas cosas 🙂

  2. A estas alturas de la vida todos sabemos de esos aterrizajes forzosos… de esa salida obligada de la pecera. Es tentador ceder las riendas; y acabar por pisar demasiadas cáscaras de otros. Mantén el vuelo alto…

    R.

    1. ¡Y tanto que sabemos! Por eso hay que ahorrar los detalles a los demás, cada uno tenemos un saco lleno de historias, ¿verdad?
      La verdad es que prefiero ponerme al día con tus viajes y descubrir otros mundos 🙂

    1. Últimamente parezco el Guadiana con tanto regreso 🙂 La verdad es que algo no andaba bien y tardé demasiado pero me ocurre lo mismo que a ti, en estos casos no me pongo nada trascendente y procuro «orillar innecesarios estados de ansiedad». No creas que no me acordé de tu post

      Abrazos 🙂

    1. Sigue siendo igual que lo que tú escribiste Julen, o peor incluso porque el envejecimiento de la población se nota mucho en las salas de urgencias, y la sensación de dependencia de papá estado también. No se protesta, casi nadie pregunta, los tentáculos del sistema se han hecho muyyyyyy poderosos. Lo terrible es que una vez ingresada, he observado que los ecosistemas de profesionales dentro apenas se relacionan, pasas de unas garras o otras como un objeto. Y has de estar pegado a la cama, aunque tu problema no tenga una relación directa, soportes mejor el dolor caminando o prefieras ayudar a otras personas…

      Yo me levantaba muy temprano pero el desayuno no lo ponían hasta las 9 de la mañana así que no veas cuando el primer día pretendí tomar un café y un zumo en la cafetería. Pero, eso sí, podía ir a las máquinas que había en distintas plantas y coger desde donuts a todo tipo de chocolatinas y demás. Y menos mal porque el café XL me salvó la vida. En fin, creo que no he pasado desapercibida pero también he vuelto con un montón de ideas, aunque de momento voy despacio.

      Besos 🙂

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