El mundo era nuestro… ¡y sólo hace un año! Parece que estamos necesitando otra copa.
La calle era una fiesta, antes y después. Lo que hizo Historia no fue el triunfo sino la solidaridad del objetivo compartido, el pensamiento (casi) unánime, el clamor del deseo expresado en una sola palabra: ¡Podemos!
Pero la motivación del deseo es flor de un día… o poco más. Incendiar siempre fue más fácil que construir. Sobraba motivación pero faltaban motivos. Ahora tenemos motivos pero nos falta… sentido común, espíritu de equipo, inteligencia colectiva, ganas de trabajar… Seguramente, de todo un poco.
Un año después seguimos manoseando el recetario en busca de otra fórmula mágica que nos devuelva la alegría y el optimismo. Pero bueno, ese no era el tema. El caso es que hace un año quisimos recoger la euforia del deseo, el anhelo del triunfo. La mirada en perspectiva siempre resulta, cuando menos, curiosa.
Este es el resumen de nuestra especial visión de aquel día en que nos sentimos… campeones.
recuerdo que vi el video hace un año, con la solidaridad acongojada de quien también estaba por las calles (pero no en los bares: en el cine, de hecho, viendo gainsbourg, si mal no recuerdo), y ya me gustó bastante. Es curioso, ahora se convierte en emotivo por el punto de nostalgia. Ya no es la obra de alguien que no quiso ver el partido. Es la obra de alguien innovador que supo captar una emoción distinta en el momento de la emoción máxima
Goio, la idea no estuvo mal pero te aseguro que me se de quien acabó hasta las narices de conducir a 30. Habíamos puesto el momento del gol pero esta vez el «innovador» hizo un resumen bastante majo. Y yo lo aprovecho para mi pequeña reflexión, claro.
Es que de aquellas euforias a estas crispaciones…