Ni el fondo ni la forma
El titular completo es: Pajín quiere un «gran acuerdo» por la dependencia entre todas las administraciones.
Tal y como está escrito imagino a las administraciones pactando el guión de sus lazos de (inter)dependencia para que el juguete no se les rompa.
Supongo que quiere referirse al «problema de la dependencia» así que, usando las mismas palabras, lo correcto del entrecomillado sería «un gran acuerdo por la dependencia».
Pero si la (mala) forma me molesta, entre lo poco que dice la noticia hay un párrafo que ofende la dignidad y la inteligencia:
Finalmente, Pajín hizo hincapié en la importancia que el Gobierno concede a la parte de autonomía personal recogida también en la norma de la dependencia, porque, añadió, cada euro invertido en prevención significará menos gasto en atención directa a la dependencia.
Ala, que vayan haciendo sus cositas para que el gobierno no se tenga que gastar el dinero en estas cosas tan poco vistosas y tan poco divertidas.
Por supuesto hay eslogan, y programa de reuniones en la que no falta nadie, y novedades legislativas a la vista. Y nada más porque la dependencia es un problema casero, de espacios privados de los que no queremos saber y que se sigue tratando con la misma estela rancia de hace siglos.
Es triste esa «normalidad» de pacotilla en la que nos refugiamos escondiendo temores, complejos y carencias para mezclarnos en lo público. Un juego de espejos del que no recibimos más que imágenes distorsionadas porque seguimos queriendo el espejo del cuento de Blancanieves.
Pero será cosa mía, que estoy especialmente sensibilizada con la forma en que (no) abordamos la diferencia y la diversidad. Y nuestro propio futuro. Se me viene a la cabeza una frase que me impactó hace años de El templo de mis amigos, de Alice Walker:
Ten siempre en mente el presente que estás construyendo. Debería ser el futuro que deseas.
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