O no?
Que si «hay que arrimar el hombro», que tenemos que contribuir, que nos afecta a todos…. ¡Ya!
Con los márgenes de seguridad bajo mínimos, cualquier impacto es nada para algunos y un problemazo para otros. Mientras el dueño del cochecito de atrás examina los desperfectos (ampliando la foto se ve mejor), los del cochazo de delante esperan amablemente.
También es cierto que cuando la maquinaria es muy aparatosa los problemas son otros. Pensando un poco, resulta lógica la obsesiva demonización que se promueve desde las instancias oficiales para eclipsar otras realidades:
Efectivamente, los Presupuestos Generales del Estado aprobados para 2011 contemplan una reducción del 13,9% del presupuesto del Ministerio de Cultura, principal ‘sanador’ de muchas instituciones agónicas. Con esto la cartera pasa de disponer de 916 millones (en 2010) a 789,3 millones de euros en 2011.
El nuevo y drástico recorte (es uno de los ministerios donde más ha entrado la tijera presupuestaria) se suma a las dificultades que ya hubo en 2010 para sostener muchas instituciones culturales. Cada una de ellas se ha buscado la forma de sacarse las castañas del fuego contando sólo lo justo con el apoyo de la Administración.
Porque resulta que eso de la innovación no siempre es lo mismo. Mientras hay proyectos emprendedores que se lo curran, los que más critican encuentran el modo de financiar la regresión.
La Voz estrena diseño y nueva rotativa: Desde hoy, los lectores de la edición de papel disfrutan de un formato más manejable y la incorporación progresiva de color de todas las páginas.
Volviendo a la foto, puede que el cochecito tenga sus ventajas, pero cuando hay que circular por los mismos sitios, el romanticismo no llega. Y conste que no me gustan los coches grandes. Es quizá una cuestión de carreteras que mientras quien no debe las colapsa, hay quien las diseña con visión de futuro.
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