Consultoría y realidades

Por mí que no quede

Código genético y ADN persanalizado

Construcción de audiencias, rebaños domesticados y economía de la escasez.

Pero por un lado nada es totalmene original y, por otro,  como dice Jim Jarmusch

Proteger lo auténtico es comunicarlo, reconocerlo como tal. Lo que se pretende original, por el contrario, tiende a cerrarse para mantener su apariencia. Se acabaron los modelos de negocio para la originalidad, pero se están inventado los modelos de negocio de la autenticidad.

Internet lo ha cambiado pero en esta necesidad de análisis, hay una parte que parece, no sólo importante sino imprescindible, y es detectar los cambios que estos nuevos modelos, o quizá mejor estas “experiencias positivas», producen en lo consciente y en el subconsciente colectivo. Es decir, para qué nuevas cosas nos prepara, qué nos hace esperar.  Muchos de estos éxitos son minoritarios pero la forma de avanzar es aplicar esa regla elemental de lógica que dice que “un caso negativo nada prueba, uno positivo sí”.

Ya en el  Update One 08, Alfóns Cornella lo abordaba con ejemplos en El negocio de lo híbrido:

Hoy es quizás más fácil crear nuevos productos o servicios a partir de la hibridación de aquellos ya existentes, que ponerse a imaginar productos totalmente nuevos (disruptivos). De la conexión de disciplinas aparentemente distantes surgen nuevas ideas con gran potencial. Para Alfons Cornella, «la hibridación de productos, tecnologías y modelos de negocio, será probablemente fundamental para Occidente, si quiere sobrevivir.

Aunque los ejemplos que vemos en el vídeo son ya realidades asumidas, o desestimadas, no así los conceptos, que no dan filtrado entre la práctica empresarial e institucional dominante. El grado de obsolescencia casi nostálgica que transmite, en sólo dos años, deja claro que el concepto más importante en la hibridación es el tiempo: cada ves es menor el lapsus entre que alguien saca una idea nueva y alguien la reproduce en otro lugar.

Prolifera la oferta formativa para el reciclaje profesional. Aumenta la competencia por la plaza-sueño de una vida institucionalizada. Se extiende de forma contagiosa el virus de la frustración por cierres de empresas de cosecha propia pero,  ¿Estamos haciendo todo lo que podemos/debemos y con el enfoque correcto? ¿Y el talento empresarial que se nos queda por el camino?

En este momento de cifras confundidas, alto paro contra bajas expectativas, ¿Nos podemos permitir desenfocar de la auténtica materia prima que tenemos para dar la vuelta a la situación?

Me pregunto si este planteamiento de la hibridación no puede ser trasladable a las personas. Ando en ello. Por mi… que no quede.

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