Conversacional

Donde hay un punto hay un camino…

Santiago de Compostela-20130404-02491El lujo de la sencillez

Esta «singularidad», que es como se llama la escultura de la foto, está instalada en el mausoleo la Ciudad de la Cultura, en Santiago de Compostela.

Se intuye metáfora, pero ese círculo de libros apelmazados sólo parece reflejar la rigidez del conocimiento girando en torno a sí mismo. Tal vez sin ese agujero en el centro recobraría la humildad de un sencillo punto.

Mientras que lo circular tiene mucho de obsesivo, los puntos son como el verso libre que nunca pierde, más bien realza, su compromiso con la música del poema: la parada breve del punto y seguido, el distanciamiento cuando se hace párrafo, las rotundidad del punto final, las dudas articuladas en sugerencia cuando se vuelven suspensivos…

El punto suele ser la referencia para marchar pero, algunas veces, el no lugar al que volver. Es el reconocimiento de lo individual pero también el apoyo para que el efecto palanca potencie la eficacia del esfuerzo. Es análisis y síntesis, el escenario para dejar que el aparente caos dibuje su propia esencia. En ese reto nos hemos centrado últimamente, en juntar los puntos para permitir que nuestra informal estructura se organizara en un sistema de creación de valor.

Funcionar como equipo no es sencillo porque aprender a colaborar es un proceso que necesita mucha atención y mucha intención. Y porque la osadía no está en el universalismo de los discursos sino en las pequeñas realidades que surgen de tomar un punto de partida y petenciar los elementos para que las cosas puedan suceder.

Cuando todo se pone en contexto, los puntos son interpretaciones, sueños… o frenazos en seco para encontrar la forma de seguir sin estar constantemente re-iniciando. Porque probar, y comprobar, la eficacia de la medicina que se receta es una cuestión de coherencia.

Evaluarse internamente no es sencillo, sobre todo porque se tiende a revisiones parciales que limitan, cuando lo que se necesita es espacio para crecer personal y profesionalmente. En nuestro caso, era imprescindible empezar por generar el espacio que nos permitiera visualizar(nos) con todos esos puntos que individualmente íbamos generando, desde los blogs propios y en los de los proyectos. Y lo que descubrimos fue tan obvio que aún lo estamos asimilando porque como le comentaba a un amigo, lo que creímos punto de inicio, era la conclusión

Es curioso ese proceso de soltar para darte cuenta de que recibes mucho más de lo que podías imaginar, nos ha ocurrido a los tres

DibujandoPuntos-5De momento nos ha pasado lo que a Vashti, que hemos aprendido que se puede dibujar un punto SIN pintar un punto. Buscábamos actualizar la suma de talentos y habilidades pero lo que descubrimos fue que la armonía del conjunto viene precisamente de la(s) diferencia(s

Percibir la realidad en términos de proyectos resulta tan estimulante como agotador porque hay que considerar las zonas de intersección y líneas de fuga. Por eso la evaluación no debe limitarse a si se han desarrollado las tareas previstas sino a las nuevas posibilidades que nos abre el trayecto recorrido.

Seguimos con nuestros respectivos blogs y nos interconectamos allí: Un espacio donde todos los outputs posibles son posibles…

El punto (2:48 m.)

Compartir

14 comentarios

  1. Di que sí, hasta tal punto retroalimentamos con la disparidad que yo si pienso en puntos, trazados y un vídeo me dejo llevar por el macarrismo y tengo que pensar en esto 😀

    1. ¡Pero mire que es usted macarra! Menos mal que ya hemos averiguado que las «diferencias» no se contagian sino que suman. En justa venganza señor director, le toca aguantar mis filosofías de andar por casa 🙂

    1. Oh, yo nunca hice eso, se ve que es de las nuevas generaciones 🙁

      En cambio me recuerda a mi hermano con la escritura en Braille con la pauta. Los demás hacíamos los puntitos pero de ahí a ser capaces de leerlo luego…

      Aplicado a nuestro proceso, diría que algunas veces casi nos picábamos en la cara, pero fue saliendo 🙂

  2. el ‘bujero’ de esa escultura, esa rigidez que comentas, me ha recordado más… un agujero negro. Será cosa de deformación científica, pero ese giro de la cultura sobre sí mismo es también la espiral que puede devorarse a sí mismo de exceso. De cultura. O de información, quién sabe. El punto vacío (que luego reaparece también en el video) es una de las obsesiones de la escultura moderna, la que bebe mucha de gente que aplicó teorías existencialistas a su obra, como Oteiza o Chillida, que trabajaron los contornos del vacío y buscaron ahí también las esencias del hombre, del pueblo, incluso de la lengua…

    1. Los puntos vacíos reaparecen siempre, aunque a veces les cuesta, de tanto que insistimos en llenarlo todo.

      Muy didáctico su comentario caballero, está usted que se sale. Aunque fíjese, cuando empecé a leer pensé que saldría algo más del químico que usted lleva dentro, Sr. Doctor. Pero tal vez se deba a que cada vez aflora más la magia del consultor 😉 Materia prima no falta…

      Cómo estoy echando de menos una buena conversación, incluso de las de manual

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies