Consultoría y realidades

Callejón de la estacada

Si (no) lo veo, (no) lo creo

Estacada significa «Obra hecha de estacas clavadas en la tierra para defensa, o para atajar un paso».

Y estacar es un verbo cuya conjugación parece que aceptamos sin cuestionar, aunque implique asfixiarnos en un callejón sin salida. Parece mentira que olvidemos que las estacas no son inamovibles.

Mientras nos re-creamos en decisiones que se basan en ilusiones y falsas memorias, el espacio se va haciendo tan estrecho que las visitas ya ni miran. Y no debe extrañaros, se lo ponemos fácil:

¿somos miembros pasivos como si fuéramos simples consumidores adolescentes y malcriados o miembros activos y responsables?

¿Realmente estamos comprometidos, preocupados y ocupados con el destino de la comunidad o lo que queremos es ir tirando o que venga alguien que nos resuelva los problemas?

¿Queremos engendrar y transformar la realidad o preferimos quedarnos en el baño maría del ciudadano-cliente que sólo aspira a que le satisfagan sus intereses?

Este virus de lo difuso (que por cierto rima con obtuso), se contagia rápido y ya se sabe, en tiempos de crisis, todo se justifica. Pero la ilusión se construye, lo ilusorio cansa. Porque de tanto hacer de tripas corazón, la digestión terminará por hacerse imposible. Cada cosa para lo que es.

Y menos demagogia, simplifiquemos.

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25 comentarios

  1. En nuestro idioma estaca se dice esola, que es la suma de esi (cerco) y ola (madera). Es una palabra que muy pocos euskaldunes conocen y utilizan…

    Necesitamos Personas i+ i + i , personas inquietas, inconformista e iconoclastas.

    Pero no nos engañemos el tema no es nada facil, con aulas abarrotadas con más de 30 alumnos en la ESO y más de 40 en bachiller y un sistema educativo (en el que incluyo a responsables políticos, docentes, alumnos y familias) plagado de «ganado» lanar que pasta con placidez en el campo de la comodidad, con fronteras delimitadas por las estacas de la inercia.

    Con excepciones, claro…

    Me ha quedado un poco heavy… me voy a entrenar, que con un poco de suerte se me pasa!

    Muxu asko, Sabela!!

    1. Pues me llama la atención, y me quedo con la duda, de por qué pocos euskaldunes conocen la palabra esola, igual es porque hay otras palabras para el mismo concepto.

      Buenas preguntas las de koldo Saratxaga que recoges en el post que enlazas. Y viendo lo que dice del sistema educativo, me ha recordado a la reflexión que recogía en el post anterior sobre La educación prohibida.

      Pero seamos sinceros Paulino, con la energía y dinamismo que te caracteriza tu puedes con cuarenta alumnos, y más. Estoy segura de que no es eso lo que más te preocupa sino la (falta de) actitud que tú mismo señalas, que no es sino un reflejo de esa inercia aborregada en la que la sociedad parece haberse instalado. De hecho incluyes entre los responsables a políticos, docentes, alumnos y familias. Es cierto, todos somos responsables y sentir esta impotencia a veces se hace muy duro.

      Supongo que por eso me salen a veces estos post chiquititos, porque me niego a rendirme y es una forma de recordar que el inconformismo merece la pena. Porque cabrearse solo quita fuerza y ya bastante estorban todas esas personas que sólo buscan “ir tirando o que venga alguien que nos resuelva los problemas”

      También suelo curar estos arrebatos con la bici, pero hoy sólo tenía a mano el ordenador. Besarkada haundi bat Paulino!

  2. La desigualdad, me parece, sí es pobreza, cómo que no ademas que en la práctica, uno se mide delante del otro y se siente peor si ve a uno ricachon y otro que a tientas puede sostenerse esa apreciación es neoliberal: si tu no pudiste, es tu problema no estoy de acuerdo con el video ni que fueramos islotes cada persona

    1. La palabra desigualdad es de las que merecen una reflexión desapasionada. Comprendo que es chocante lo que se dice en el vídeo pero hay que preguntarse si el hecho de que Bill Gates y algunos más se arruinaran conllevaría directamente un efecto de eliminación de la pobreza. Y creo que no. Por eso me pareció muy oportuno el que este comentario se te hubiera colado también en el post anterior, porque cambiar algunas cosas tiene mucho que ver con una educación basada en la responsabilidad.

      Desde lo que nos gustaba llamar “países desarrollados”, el discurso de la pobreza siempre fue muy cómodo. Y a pesar de la caída en picado que estamos sufriendo, seguimos sin querer ver todos somos parte del sistema que contribuye a esa brecha que tanto nos gusta denunciar.

      El problema no está en la palabra desigualdad sino en la construcción ética con la que nos justificamos. Es más, no me gusta la palabra igualdad, prefiero hablar de diversidad. Por supuesto que lo que no es admisible es el espolio, el abuso, el no querer saber con el que dejamos pasar tantas y tantas cosas.

      Las personas no somos iguales y ese es nuestro gran valor, el valor de la diferencia que nos permite colaborar y avanzar. Otra cosa son las relaciones de poder y la inercia que comentaba antes Paulino.

      De nuevo gracias Pedro por tu comentario.

  3. Difícil comprometerse con un destino cuando cualquier futuro posible está capturado por la inmediatez de estos tiempos que elevan cualquier cosa al carácter de urgencia y donde, prácticamente, se decide la dirección de cualquier paso al final del paso anterior. Aún así estoy de acuerdo con el enfoque de Josep María Lozano, aunque sea para echar leña al fuego para que siga ardiendo…

    A mí la palabra “estacar” me recuerda a lo que hacían los sioux cuando llegaban a una determinada edad [que median a partir de los dientes que les quedaban para poder masticar carne…]. Según cuentan, el anciano cogía una estaca y unas cuerdas e iba a provocar a la tribu enemiga más cercana. Entonces se ataba una cuerda en el tobillo y, “estacándose”, hacia frente a sus adversarios los cuales, al verlo de tal guisa, tenían el detalle de darle una muerte rápida. Recuerdo que me impactó mucho esta lectura y siempre he encontrado, en mi vida adulta, muchas ocasiones como para utilizarla como metáfora.

    Excelente el video. Un abrazo!

    1. También creo que a veces es necesario echar algo de leña al fuego, aunque sólo sea por mantener un poco de luz, o para quemarnos y no caer en tentaciones derrotistas. Incluso para que, en momentos tan caóticos, podamos ver un par de pasos más allá que el que se nos presenta como inmediato. Supongo que estos post chiquititos me sirven para alimentar mi propio fuego, como le comentaba a Paulino.

      Impresionante lo que cuentas de los sioux, no lo sabía. Ese concepto de Dignidad en la vida y en la muerte, pero también en los adversarios. Que lejos estamos…

      Cuando vi el vídeo me impactó. Aunque reconozco que de entrada resulta chocante me gustó porque pone el dedo en la llaga, es más fácil atacar lo aparente que concentrarse en las causas o en las soluciones. Me hizo ese efecto bisturí que tienen muchas de tus reflexiones y que te decía Paulino recientemente.

      Gracias Manel. Un abrazo!

      1. Este autoestacarse con doble función: una, la principal creo, comunicativa respecto las intenciones reales del anciano y otra [comunicativa también] en admitir el miedo y el consecuente cambio de ideas como algo posible en uno mismo y tomar medidas preventivas ante esta posibilidad. Es un autoestacarse inamovible muy diferente al estacar impuesto al que también apuntas y del cual te puedes zafar sí, como dice la canción estiras fuerte por aquí, mientras otro estira fuerte por allá, entonces seguro que tomba, tomba, tomba…;))

  4. En EEUU hay una enorme región conocida como Llano Estacado, con el nombre en español. Una inmensa meseta que debe su nombre a que en su día fue estacada no recuerdo si para protección o como indicador del final de un territorio. Una de las primeras veces que vi en verdad el concepto de ‘puertas en el campo’ puesta en práctica, y un lugar que me ha dado juego más de una vez a jugosas metáforas (también serviría en este caso, ¿no?: http://es.wikipedia.org/wiki/Llano_Estacado)

    1. Español tenía que ser el nombre, mira tú. Si es que parece que hay cosas que se llevan en la esencia.

      Está claro que no se puede afirmar que nada sea imposible, hasta lo de “poner puertas al campo” 🙂 Pero al menos es una inmensa meseta, siempre habría un poco más de espacio que en este “Callejón de la estacada”que corresponde a la seña. Tendría que haber quitado una foto a cada lado porque lo que me resultó más irónico fue ver las flechas indicando hacia los dos lados y ninguno de tiene salido. ¡Que claustrofobia oiga!

      De todas formas me quedó curiosidad por saber de dónde viene el nombre. Si fuera como tú lo sabría pero yo como cicerone no me ganaría la vida, no.

      1. Cabe considerar como orígen del nombre las «estacadas medievales» que eran las lizas hechas con estacas donde se llevaban a cabo los torneos:

        «De aquí se llamó figuradamente quedar o quedarse uno en la estacada a ser vencido en una disputa, o perderse en una empresa, y poner o dejar a uno en la estacada, a matarlo o abandonarlo en un grave riesgo o asunto peligroso», concluye Rodríguez Marín en su Edición crítica del Quijote.

        [De Iribarren, José Mª; El porqué de los dichos. Gobierno de Navarra. Departamento de Educación, Cultura, Deporte y Juventud. Novena edición. octubre 1996, pág 23.]

        1. Y cuanto hay de sabiduría en dichos y refranes!

          De las estacadas medievales a los modernos aislamientos en los que nos vamos quedando «abandonados en grave riesgo».

          Que precisión en tu cita, ¡hasta la página! 🙂

          (Por cierto, ayer me leí un precioso «librito» de Helene Hanff que le va al pelo a tu último post: 84 Charing Cross Road)

            1. Absolutamente deliciosa! Esta edición es normalita, la de la biblioteca, que ahora que me he hecho socia y me estoy dedicando a saquearla.

              Me queda pena no haberla visto en teatro (soy una gran aficionada), me consolaré con la película, que siempre fue quedando entre lo pendiente. Ahora la veré, claro. 🙂

  5. Obtuso, difuso, baño maría, dolor de tripas y de corazón… Palabras que son espejos de lo que nos sucede hoy. Sintomas de una enfermedad en el cuerpo social.
    Muchas ventanas deben empezar a abrirse, o el enfermo tiene (tenemos) mal pronóstico…

    Gracias por tu post, abrazos!

    1. Tu comentario se había escondido como spam! Parece que debemos tener cuidado también con las estacas tecnológicas…

      Es cierto, una enfermedad social que se extiende, como bien puede comprobar tu conductor croata en cada pregunta del turista. Y no podemos tener que seguir haciendo de tripas corazón. Ese post de Francisco me llegó al alma, igual que el tuyo.

      Gracias Ricardo. Abrazos! 🙂

  6. Una maravilla el post y los caminos recorridos con cada comentario!!!
    Nuev@s alumn@s llenan de vida la escuela, de nuevo, estos días y yo me lleno de responsabilidad en mi intento de generar en esas almas un pensamiento y actitud crítica que les lleve a cuestionar(se) todo, incluidas mis palabras.

    Y, al tiempo, me lleno de esperanza!!

    Que no se conformen, que se inquieten, que crean, realmente, que tienen mucho que aportar, que enseñar, que aprender …

    No somos iguales. Es una de las primeras conversaciones a las que les invito. Y esa es una de nuestras riquezas como comunidad. La desigualdad es una oportunidad!! Hay poco que aprender con el igual. Hay que ser consciente de la diversidad para llegar a disfrutarla…

    Espero conseguir transmitir a algun@s esa inquietud, para que nunca consideren una opción dejar a alguien «en la estacada», para que decidan no mirar hacia otro lado, para que sepan que son especiales, valiosos e importantes, cada un@ de ell@s.

    ¿Y yo que creo que serías una buena cicerone?
    Se me antoja una absoluta delicia callejear contigo, en ese (des)orden que deja espacio a lo inesperado, al imprevisto, a la oportunidad de descubrir nuevos rincones … precisamente, por no ir en su busca.

    Bicos, Isabel!!

    1. Una delicia de conversación, ¡es cierto! 🙂 A veces cuando blogueo y me voy un poco por las ramas, pienso si igual no le gusta mucho a quien lo escribe, pero luego me acuerdo de lo que me enriquece a mí cada matiz que me aportan y se me pasan las dudas. Es como el día que nos desvirtualizamos en Vitoria, las horas supieron a poco. Tengo pendiente todavía escribir sobre esos días que pasamos por tu tierra, y te pediré permiso para incluir alguna de las fotos que nos mandaste. A ver si soy capaz de disciplinar un poco a esta “realidad avasalladora” y puedo poner lo importante por delante de lo urgente.

      Lo de callejear me encanta, en mi ciudad también pero mucho más en sitios que no conozco. Tengo una colección de sensaciones, pero no sé si eso me valdría para hacer de cicerone. ¿Callejear juntas? Creo que entre silencios y palabras podríamos amanecer en cualquier sitio 🙂

      Supongo que para vosotros también son días intensos, con el inicio de curso, y con todas estas novedades tan poco ilusionantes que nos imponen en nombre de la austeridad. Creo que tus alumn@s tienen mucha suerte contigo, con vosotr@s, aún no lo saben pero hasta junio tendrán tiempo de darse cuenta. No sólo conseguirás inquietarlos sino crear esa corriente de aprendizaje mutuo que tanto enriquece.

      Ya aprendimos a salir de algunas estacadas, seguro que esta no será menos. Estoy contigo, hay que confiar en la juventud.

      Eskerrik asko Marta eta muxuat!!

      1. Tienes mi permiso, Isabel, claro!! Yo tengo los momentos!!

        Callejear en silencio, sin que éste incomode, escuchando a los espacios, y a las calles, y a las personas … Para conversar con pausa después … Soñaré el momento, hasta que llegue 😉

        Lo que más me cuesta transmitir estos días y en estos tiempos es que soy yo la afortunada. Cada día tengo oportunidades únicas de aprender!! A nuestra juventud se lo ponen difícil en esto de creer en el propio valor, potencial, … No sé, … Quizás debería mandárselo copiar 100 veces … ;))

        Me sorprenden a diario con pequeñas y grandes luchas y me desarman y me confunden y me enamoran … Me hacen seguir creyendo!!

        Será un auténtico lujo revivir aquellos instantes a través de tus palabras!!

        Muxu handi-handia!!

        1. Recibido! Ahora sólo me queda esperar que las palabras vengan a mi, andan muy «serias» esta temporada de tan fino que hay que hilvanar en lo profesional.

          Oye, mandárselo copiar 100 veces… igual lo adoptan como mantra. Nunca se sabe, podría convertirse en un virus de los buenos. 🙂

          Moitas grazas Marta. Unha aperta forte!

  7. «Si (no) lo veo, (no) lo creo», dos frases en una, una sugerencia para empezar en positivo en vez del típico negativismo? La verdad es que de entrada una u otra reconducen las situaciones por caminos bien diferentes. La dificultad de complicarnos la vida… será que buscamos lo enrevesado para no mostrarnos como somos.

    Cada vez que escucho la palabra estaca la tengo conectada a la canción, su historia y lo que reprensentó. De lo más representativa.

    1. Pues supongo que en el fondo algo así. Ya sabes que mi (a veces desesperante) tendencia es incluso a decir: “Sí, lo veo”, el resto ya viene solo. Pero creo que es una especie de rebeldía innata contra tanto pasotismo negativo.

      Conociéndote, sé que lo de la historia de la canción y lo que representó no es una indirecta. Reconozco que aquel día me dio por recordar y contar batallitas y te tocó. Pero fue divertido, ¿verdad? 🙂

  8. Estacas para matar vampiros. Estacas para clavar cabezas, cabezas cortadas con guillotinas: en la ficción, en los mitos y en la historia encontramos ejemplos del movimiento desde la pasividad (quedarse en la estacada) a la acción (la estaca como arma), en una metáfora, me temo, muy acertada para estos tiempos inciertos. Me encantan los enlaces (las visitas ya ni miran) y la ristra de comentarios de los habituales, tan ricos (en el buen sentido). Y para próximos capítulos: «la brecha aumentó»… Un abrazo.

    1. Uf!, lo de matar vampiros no lo digas muy alto que tenemos por aquí un amigo que tiene a su vez un muy buen amigo en el gremio. En cambio lo de clavar cabezas… hasta me tienta, con tantas como hay que están huecas al menos tendrían algo dentro. Definitivamente me quedo con la estacada como arma.

      Jejeje, es que las visitas… Esta en concreto no me parece a mí que sea de las que se preocupe por “La úlcera del otro”. Aunque tampoco parece que la gente se moleste demasiado, yo creo que predomina eso de: “Debería, es lo que yo pienso. Pero no sé lo que piensa la gente” 😉 Pero seguro que tú sí sabes.

      Un abrazo fuerte Daniel!

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