Consultoría y realidades

No hay opción perfecta

Paseo de la memoria

«Es una sensación terrible despertar sabiendo que no eres lo que eras. No dejo de pensar que volveré a serlo y luego me doy cuenta de la verdad…

(…) No sé qué es peor, si levantarse sabiendo que ya… no eres lo que eras, o que… sigues siendo lo que siempre has sido«

Son palabras de un abogado de éxito, y de «cierta» edad», al ser consciente de que su lugar en el tiempo ha caducado y no sabe si decidirse por la frustración de la nostalgia o la crudeza de la verdad desnuda: no haberse atrevido a tomar ese tiempo al margen, a la deriva, para explorar la propia existencia. Pero el paseo por la memoria debe servir para entender, y archivar, éxitos y nostalgias. Para narrarnos en aromas de futuro.

Conversaciones amigas me llevan estos días al mismo punto, a la necesidad de aprovechar la incertidumbre de «cada paso como un constante inicio en el que seguir construyendo-nos». Porque «no hay opción perfecta, supongo. Y menos mal…»

 Las ataduras nunca fueron buenas. Para avanzar se necesita oficio, pero también cierta dosis de saludable infidelidad. No es que pretenda hacer apología de la traición, pero casi…

Evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado… a las antiguas opiniones de uno mismo…

Cada día debería tener al menos una infidelidad esencial, una traición necesaria. Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro.

Agosto declina. Apetece un soplo de brisa fresca pensando que «ahora mismo, en alguna parte, está amaneciendo»

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30 comentarios

  1. Imagínate, la empresa perfecta, el proyecto increíblemente soñado hecho realidad, todos los recursos, todo el equipo completamente formado, con gente contenta y feliz, todos cerca de su casa, que permita conciliar, en un entorno paradisíaco, y con posibilidad de viajar y aprender para todos. Bueno, y que dé una pasta, que se haga todo maravilloso para que no haya reclamaciones, que no conozca ni siquiera envidias porque a hasta esos los integra!!

    Va a ser que no. Qué coño, hasta a Dios se le cayó un ángel y mira la que le montó.

    1. Y aún imagino más, que esa empresa es la mía y evoluciona hacia una fórmula cooperativa de las de verdad. Entonces… como nadie es imprescindible… ¡Uf, mejor dejarlo!

      Pero mientras haya conversaciones amigas con excelentes reflexiones, no hay nada perdido. ¿A que te gusta el titulo del post? 😉

      No recordaba yo la historia del ángel, creo que hay algunos déficits en mi educación.
      Por cierto, supongo que recuerdas cuando hice la foto, mira que caminamos aquel día 🙂

      1. claro que me ha gustado el título (me suena de algo y todo, 😉 y también recuerdo el momento de la foto a lo largo de ese paseo inmenso, ese paseo padre de todos los paseos!

  2. Veo como suerte que la gente, y cuanto antes mejor, sepa que la perfección no existe. Ideales e ídolos los hay, pero mejor evitar los extremos de la adoración. Todo lo que llega a ese punto se convierte en poder sobre los demás y en un entorno capitalista como el nuestro, significa dinero y estatus. Esto me recuerda a tu post En-clave de esperanza, y en concreto Margin Call.

    Sacar todo lo que tienes dentro -aunque lo consideres una pérdida de tiempo con el ritmo frenético en el que muchas veces toca vivir- y suponga hacer una pausa en el momento menos oportuno (porque ninguno es bueno), es necesario por el nivel de las consecuencias. El efecto del golpe será menor, ya que uno nunca es consciente de lo dirigida que tiene la mente -y vida- hasta que empieza a analizar su alrededor menos cotidiano.
    En cambio si te paran en seco, el impacto es mucho más duro, no estás preparado para ello y ahí comienza la angustia de lo imperfecto.

    Me ha salido un poco retorcido este párrafo… 🙂

    Hacía mucho tiempo que no escuchaba esta voz, la recupero de la lista (del spoty)

    1. “Hacer una pausa en el momento menos oportuno (porque ninguno es bueno)”
      Que repletos de nimiedades estamos, ¿verdad? A veces hasta un virus cogido por ahí cumple su misión y nos hace parar

      Lo que comentas me recuerda a dos de las cuatro leyes de la espiritualidad de la India (ya sé que suena cursi pero me gusta lo que dicen): “Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido” y “En cualquier momento que comience es el momento correcto”. Y lo peor no es que nos dirijan sino que nos enjaulamos sin ayuda.

      Menos mal que de cando en vez chega una boa treboada e nos axuda a parar 😉

      Ella Fitzgerald es deliciosa, la tengo sonando ahora mismo en spoty 🙂

  3. Si una opción fuera perfecta, dejaría de ser opción y se convertiría en solución. Una opción lleva implicita la incertidumbre.

    Me gusta y comparto lo de «la necesidad de aprovechar la incertidumbre de cada paso como un constante inicio en el que seguir construyendo-nos”.

    El movimiento, los pasos, el avance hacia el futuro, es la definición de la vida y la incertidumbre y ausencia de perfección, compañeras de viaje con las que es mejor entablar buena relación.

    Ayer llegó a mis manos un libro que habla de «actividade extradoméstica remunerada». Seguro que las valientes que hicieron frente en esas batallas, tuvieron fe en que sus acciones construirían un mundo mejor, sin ser perfecto. Eligieron sin duda la MEJOR opción.

    No sólo las acciones, pasos y movimientos, también «as palabras son un instrumento poderoso»

    Eskerrik asko eta muxu asko, Sabela!!

    1. Y aún así, las soluciones se refieren a una cuestión definida por lo que su aplicación siempre nos dirige al siguiente paso. Cuando reforzamos el eslabón más débil, produce efectos que hay que observar para volver a establecer el “siguiente eslabón más débil”. El reto de la mejora continua, ¿verdad? La frase que destacas es de un muy buen amigo 🙂

      Coincido con lo que dices sobre la incertidumbre, aunque en estos tiempos la dosis es un poco alta. Y es que ya se sabe, todo es veneno, nada es veneno, la diferencia está en la dosis. Pero lo que no mata nos hace más fuertes así que vamos a imaginar lo bien que saldremos de esta.

      Seguro que a ese libro le falta una cosa, la personalización del cariño en la primera página. Es lo que tiene llenar el tiempo de conversaciones, que algunas cosas quedan para el último minuto. Pero tiempo habrá, dicen que a la tercera va la vencida. Por aquí hay un queso y un vino pendientes de la ocasión especial para saborearlo a la salud de los buenos amigos 😉

      Unha aporta forte eta muxu asko!

      1. Para serte sincero, busqué ese cariño personalizado en la primera página…

        Ya llegará el momento, sino es a la tercera será a la cuarta!!

        Ojo con ese queso que si le dáis demasiado tiempo de espera, puede mutarse de idizabal a Cabrales… Bueno da igual, el Cabrales también está muy bueno!! 🙂

        Unha aporta forte eta muxu asko!

        1. Claro… Podía haberlo hecho antes de ir, pero no me gustaba. Tiene que ser lo que el corazón te diga en el momento, y la verdad es que las horas nos pasaron en un suspiro. Ni del calor nos enterábamos!

          Tomo nota de lo del queso, aunque también me gusta el Cabrales 🙂

  4. El caso es que no hay manera de pararse porque todo se mueve, aunque la manera en que lo percibimos puede hacer de parapeto. Será que hay que fluir 😉

    1. Fluir suena parecido a huir… lo cual a veces tampoco estaría mal.

      Sí, esa paradoja del estancamiento apunta hacia nuestra percepción. Yo me dejaría fluir encantada por esos parajes que nos vas mostrando en tus fotos 😉

  5. Buen post Isa! Reconozco en lo que escribes algo que te comentaba hace muy poco. Decía algo así como que, al menos en mi trabajo, cada intervención suele determinar la siguiente y me voy construyendo, con menos gobierno del que desearía, a partir de los inicios a los que me lleva cada final al que llego. Es por esto que en mi oficio, tal y como yo lo veo es fundamental trabajar, estar sobre el terreno, para que se genere más trabajo. Una dependencia a la incertidumbre que seguramente y con toda la razón alguien verá infectada de peligros pero que no puedo evitar que me guste horrores por acercarme intensamente a cada instante.

    Muy bien traída esa idea de la infidelidad [saludable] que supone evolucionar.

    Un abrazo Isa!

    1. Gracias Manel! Incluso se diría que algunas palabras son como muy tuyas 🙂

      Me llevó “unos años” aprender a entender cada fase como nuevo inicio, tal vez por mi tendencia a sumergirme apasionadamente en lo que vivo (en lo bueno y en lo no tan bueno). Siempre llegaba un momento que mi propia implicación me saturaba tanto que trataba de provocar cambios drásticos que en muchos casos sí he llevado a la práctica. Sin embargo la perspectiva del tiempo es lo que nos permite entender esa fina línea que nos hilvana a través del tiempo.

      Yo también me reconozco en lo que dices, me gusta ese acercamiento intenso a cada instante. Creo que no me veré nunca en el dilema que expresaba ese abogado porque nunca he pretendido ser otra cosa que lo que siempre sentí que era, así que ojala sea esa mi conclusión dentro de unos años: que he conseguido seguir siendo la que siempre he sido.

      Pero reconozco que es mucho más fácil el camino sabiendo que cada paso no es sino un nuevo inicio.

      Un abrazo! 🙂

  6. Pingback: Bitacoras.com
  7. Afortunadamente, como dice la cita: “no hay opción perfecta, supongo. Y menos mal…”

    Si existiese nuestra vida sería tan solo una repetición de esa opción, rutina, sucesiva. Afortunadamente, y aunque paradójico celebrarlo, contamos con la insatisfacción de querer siempre algo más o distinto (sin llegar a lo patológico claro) y el deseo, el motor que nos impulsa a dar el clavado, desde el trampolín a la pileta. Eso que nos hace buscar la felicidad, esquiva, para encontrarla y gozarla, y empezar de nuevo hurgar en nuestros laberintos interiores y exteriores.

    Seamos herreros o programadores de php, la forja justa o el código preciso, los buscaremos, siempre. Algún día quizá encontraremos algo parecido al ideal, solo para cambiar entonces de parecer y seguir buscando o construyendo algo distinto. Porque el deseo, afortunadamente, no para. Como dice una canción de por acá «Dios es todo, no puede progresar…) Nosotros, happy few, en cambio somos simples mortales 🙂

    La saludable infidelidad es hermosa, al menos como la veo yo. No puedo evitar compararlo con el agua, una de mis pasiones, pero así como ese clavado desde lo alto, al principio, parados al borde nos puede asustar. Pero luego animándonos a saltar sobreviene la adrenalina primero y el alivio y gozo (el logro) al tocar el agua y quedar en vueltos y en suspensión en ella.

    La vida, el cambio, la veo a veces como una serie de saltos en trampolín, a veces como una serie de zambullidas en las que nadamos de isla en isla. De tierra firme a tierra firme, con un lapso en el que tenemos que hacer, es nadar, nadar.

    1. “Dios es todo, no puede progresar” Y por eso no desea… ¡pues que aburrimiento!

      Aunque se diría que alguna cosa no le salió tan perfecta viendo como nos perdemos en “nuestros laberintos interiores y exteriores”.

      Tu comentario está lleno de perlas Michel: Error, debe elegir la opción perfecta. Error, debe elegir la opción perfecta. Error, debe elegir…
      Debe ser por eso que se hacen tantas películas sobre ese futuro perfecto contra el que algunos que viven en las catacumbas se rebelan. Lo cierto es como dices, los simples mortales nos aferramos a la insatisfacción permanente como motor de cambio. El problema es cuando insistimos en asentarnos en una imagen de perfección encorsetada y estática, forjada, seguramente, en un momento en que las carencias nos la hicieron ver como estado ideal.

      La descripción de tu último párrafo es de lo más sugerente, la vida como una secuencia de saltos de trampolín y zambullidas en las que no dejamos de tener la tierra firme como referencia. Lo de nadar y nadar lo tengo claro pero mi duda es, ¿qué consideramos tierra firme?

      Por cierto, deliciosa la canción, ¿verdad? Gracias Michel! Un abrazo! 🙂

      1. Sabés que me quedé pensando. No es la primera vez que utilizo «la metáfora de las islas», pero me costó responder o no a tu pregunta «qué consideramos tierra firme?». Me siento casi un atrevido… pero ya que traje la metáfora me hago cargo y echo luz sobre ella.

        Yo creo que «la tierra firme», las islas, son los logros. Materiales o afectivos. Esos son los islotes a los cuales podemos volver o desde los cuales nos podemos zambullir. Son los proyectos que hemos concluido ‘con exito’. Son las personas que hemos cuidado y que nos cuidan también a lo largo del viaje

        En fin… no quiero irme demasiado a lo concreto, me vino como una especie de vergüenza por tanto elogio que me has hecho en el comment y por lo concurrido de tu casa 🙂

        Me alegrea que te haya gustado meetmeinthemorning.com 😉

        1. «Son los proyectos que hemos concluido ‘con éxito’. Son las personas que hemos cuidado y que nos cuidan también a lo largo del viaje»

          Lo firmo!!! Así, es tarea de cada uno ir construyendo su propia tierra firme. Parece que encaja con los conceptos de aprendizaje y de comunidad real…

          Esto irá a mi block de notas para reutilizarlo convenientemente 😉

          Sí me ha gustado meetmeinthemorning.com, tengo que seguir explorando.

          Es cierto, a este post le ha dado por estar concurrido. Cosas del verano, supongo, porque es uno de esos que se escriben sin intención, desde el silencio. Aunque igual es por eso… 🙂

  8. Destrucción creativa 🙂 Nos deleitamos en la parte correspondiente a la creación (creatividad, innovación, renacer, reinventarse, todo suena tan bonito) pero enfrentarse a la otra, la destrucción, aunque no esté tan bien visto y de miedo, también nos hace más fuertes, creo.

    1. Sin duda nos hace más fuertes. 🙂 La transformación propia, como todo crecimiento, tiene su parte dura, pero quizá lo que más es el hecho de alterar el statu quo de quienes te rodean.

      Por eso resulta más fácil si tenemos esa consciencia de tránsito y consideramos cada paso/fase como un nuevo inicio.

  9. «Para narrarnos en aromas de futuro».
    Qué interesante cuándo se cuela la lírica. Creo que ya tenemos muy asumido que la perfección no existe, pero saberlo puede resultar desalentador: si no existe ¿para qué buscarla? Hbría que redefinir las metas o incluso la perfección: la opción perfecta… frente a este problema. Yo siempre le digo a mi marido: eres perfecto… para mí. Y la opción que yo elijo puede ser o no correcta, acertada, perfecta… pero ha de ser mía. O de la empresa. Interesante post agostero… Un abrazo!
    PD: Te mandé un whatss.. no sé si llego.

  10. ¡Y que no falte la lírica! 🙂

    Creo que existe la perfección, lo que no existe es la perfección eterna: crecemos y la ropa ya no nos sirve, la luz cambia y la foto ya no capta algunos detalles, no hay como un plato de lentejas cuando hace frío pero en verano…

    Apuntaba Michel la letra de una canción: “Dios es todo, no puede progresar” Inimaginable, ¿verdad? No es un post agorero, ¡todo lo contrario!

    Respondido al whats y pendiente correo 😉 Un abrazo!

  11. Voy a soltar un tópico, pero un tópico con el que estoy muy de acuerdo y que me ha venido a la cabeza al leer este post, sobre todo la cita inicial…
    Nos obsesionamos tanto con lo que fuimos, con lo que pudimos ser, y con lo que queremos llegar a ser o lo que realmente llegaremos a ser (pasado, pasado alternativo, y futuro deseado o futuro cierto), que dejamos de vivir lo que realmente tenemos y es nuestro y único: EL PRESENTE

    1. Una afirmación incontestable! Sin embargo…

      El pasado para mí significa dos cosas. Por un lado, «que te quiten lo bailao» y, por otro, vivir el presente como dices, es la consecuencia de anteriores «presentes» que necesariamente han de evolucionar con respecto a lo vivido. Es decir, si no reservo algún recurso (reflexión, tiempo…) para esos otros «presentes» que espero poder disfrutar, probablemente sólo conseguiré una repetición del que ahora tengo.

      Digamos que lo bueno es ser conscientes de Vivir el presente que tenemos pero con algunas condiciones que han ido saliendo en la conversación posterior al post.
      – Las opciones imperfectas que nos ayudan a caminar como dice Goio.
      – La aceptación de esa treboada interna que, como dice Tamara, estalla en el momento menos oportuno
      – Enfocar cada paso como un nuevo inicio, como explica Manel.
      – La insatisfacción permanente como motor de cambio que comentaba Michel
      – La aceptación apasionada por la incertidumbre que dice Paulino
      – La relatividad de la perfección que aporta Daniel.
      – El fluir de Julen
      – La aceptación del proceso de destrucción que nos libera para poder seguir creando, al que se refiere Bianka.

      Hay que ver la de cosas que nos caben en el PRESENTE!!! 🙂

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