Consultoría y realidades

Stiglitz y mis expectativas

«¿Puede el capitalismo ser salvado de sí mismo?»

Tendría que haberme dado cuenta de que en las actuales circunstancias, el título de la conferencia era, además del titular perfecto…  poco más. Mejor lo explico.

El interés por escuchar una conferencia de alguien como Joseph Stiglitz no se entiende sin un conocimiento previo y, si éste existe, se espera algo más. Pero por el tipo de preguntas en el coloquio y el asentimiento generalizado, parece que me he quedado en el lado de las minorías. Mea culpa, como dice mi experto de referencia en estos temas:  «Ya se sabe que cuando se conoce a las estrellas suelen decepcionar. Mejor juzgarles por las obras».

Pero supongo que sería lo pactado. O lo conveniente, teniendo en cuenta la posible repercusión de sus palabras en nuestra cardíaca situación en lo global, los relevos gubernamentales y el reciente cambio de circunstancias de la casa que lo acogía.

O tal vez se deba a que, tras aquella otra conferencia, ya me había empapado en sus aportaciones y esperaba más. Por las patentes pasamos de puntillas, y sobre el cómo podemos ser salvados de nuestro propios desvaríos, pues más o menos. Y en algo no estoy en absoluto de acuerdo, cuando se habla para un público no especializado y ansioso de que le señalen a los malos para autojustificarse, no se puede decir «lo pasado, pasado está». Hay que comprender en qué marcos nos movemos para entender dónde ha estado el error de las decisiones tomadas. Y de las no tomadas.

Sobre incentivos perversos y la falacia de la innovación financiera que tanto ensalzábamos, recomiendo invertir un poco de tiempo en los documentales a los que me refería recientemente. En relación a sus aportaciones sobre los fallos del mercado o la información asimétrica, sin novedades especiales. No es cuestión de explicarlas aquí.

No es que no me gustara, pero con el streaming me hubiera llegado y para eso era igual dónde diera la conferencia. Definitivamente, hay modelos de transmisión del conocimiento que tienen mucho por innovar.

Alguna anécdota si hubo, como la reacción que provocó la propuesta a los agentes de bolsa de que mantuvieran las ofertas al menos… un segundo: ¿Están locos? ¿Quieren volver a la Edad Media?

Pero yo seguiré repitiendo sus palabras, las que aprendí entonces: El conocimiento es la parte MÁS importante en la producción del conocimiento.  Todo lo que lo frene, necesita revisión urgente.

Compartir

10 comentarios

  1. Qué bonitos son los blogs. Qué bonito es el intercambio y el enlace. Cuánto aprendemos juntos: sin ti, nunca me hubiera quedado con esa cita que era, efectivamente, la esencia del asunto y la que culmina toda mi forma de pensar sobre el tema.

  2. Tengo una opinión tripe y diversa de lo que me inspira este post, si se me permite…:

    1- Por un lado soy cada vez más reacio a las “guruladas”, no sé…será porque me toca de cerca o porque conozco “por dentro” a supuestos gurúes pero no puedo evitar ser sensible al andamiaje conceptual que hay detrás del discurso…como quien no puede evitar ser consciente de la situación de la cámara en una escena de una película. Hace nada fui a una conferencia sobre la incidencia del positivismo en las organizaciones y sus bases neurocientíficas. Aparentemente todo cuadraba, el título [quizás lo que menos pero…], los ponentes [neurocientíficos probados] e incluso tuve que pagar para asistir. El resultado fue una chorrada, donde parecía que se me intentaba vender un producto y con una presentación poco profesional. El escenario era ESADE.

    2- De mozo tuve un profesor [de los mejores] que, antes de empezar su asignatura, preguntaba a los alumnos que esperaban de ella. En silencio apuntaba en la pizarra las expectativas de todos y cada unos de los participantes para después, pasar a concretar, una por una, si se iban a impartir y en qué profundidad e invitando, a la vez, a abandonar el aula a aquellos alumnos que creyeran que ya no les interesaba a la luz de la nueva información.
    Echo de menos que se note que el ponente se orienta al auditorio. Normalmente se orienta a cualquiera y, ya sabes, cuando hacemos algo para cualquiera seguramente no sirva para nadie.

    3- Creo que se trata de un tema de edad..pero a medida de que me voy haciendo mayor parece como si necesitase que el ponente tuviera que decirme lo que ya quiero oír o complementar lo que ya sé. Quizás sea porque donde más rindo es conversando, compartiendo, “co-dudando” [un palabro de la familia de los “co” sobre el que escribiré] y co-creando 🙂

    1. Manel, por suerte esto es Internet, donde el tiempo y el espacio no suponen una limitación. Y sabes que siempre es un placer contar con tu opinión.

      Me hago una idea de tu sensación con el ejemplo de la jornada que comentas. Creo que el fallo está en el modelo de eventos porque ha conseguido, además de la masificación y empacho que comentábamos el otro día, que haya que recurrir a nuevos criterios para seleccionar. El hecho de que se subvencionen muchos de ellos ha conducido a la falta de criterio (quien decide sobre un expediente no puede entender de todos los temas) y da la falsa creencia del gratis, cuando todo sale de nuestros bolsillos. Yo prefiero emplear mi dinero en aquello que elijo. Con tanta oferta aparentemente gratuita, cuando nos anuncian algo sobre un tema que nos interesa, parece que el hecho de tener que pagar lo eleva de categoría.

      Por otro lado las expectativas, algo sobre lo que tú hablas a menudo. En este caso reconozco que si me hubiera parado a pensarlo, tendría que haberme dado cuenta de que esta conferencia iba a girar en torno a su discurso habitual. Otra cosa es que yo hubiera decidido igualmente escucharlo en directo. En realidad debería alegrarme puesto que implica que al menos una parte de su conocimiento ya lo tengo incorporado. Lo cierto es que, en este caso concreto, para mí el gurú, entendido como iniciador en una creencia en un contexto, es Gonzalo Martín, a través de quien llegué no sólo a Stiglitz sino a conceptos muy importantes que van mucho más allá de la industria audiovisual. Y, sobre todo, es de quien aprendí a bloguear, a enlazar, a aprovechar el conocimiento compartido y compartir el que yo voy adquiriendo.

      Lo que me encanta es lo que dices en el tercer punto. Supongo que son las cosas buenas de ir teniendo cierta edad 😉 que lo que mejor nos va es conversar, compartir, “co-dudar” y co-crear.

      Muchas gracias. Una abraçada!

  3. La conferencia fue menos de lo esperado, pero me quedo con las pequeñas anotaciones y la oportunidad de ver en persona a Stiglitz, nada más.

  4. Vaya, yo también fui y no nos vimos, que lástima. A mi me gustó, igual es porque solo había leído sobre el en los periódicos. Lo que no me gustó fue el traductor.

    1. Ni se me ocurrió pensar que podías venir siendo en Coruña.

      En lo de la traducción tienes razón. Yo es que tengo entre mis pendientes recuperar al menos el nivel de inglés que tenía. Hay que ver lo que cuesta retomar algunos temas, sobre todo ahora que los traductores van funcionando mejor.

      ¡Que lástima ese café que no nos tomamos…!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies