Otras miradas

Ventajas y desventajas de las generaciones intermedias

Trash entre «amiguiños»

Nacer entre don hitos generacionales te deja un poco en tierra de nadie, sobre todo si eres de esas personas que pretenden algo más que el puro bienestar cotidiano. En mi caso, ni me corresponde el glamour de la generación del 68 ni la falta de trabas de la generación Trash, o “cultura basura” que se le dice.

Tal vez de ahí venga mi enamoramiento con los “espacios intermedios”, esos que te hacen pensar más de la cuenta en cosas que no cuentan (difícilmente rentables), y que en mi caso se enriqueció-complicó con el hecho de que mi hijo, del que no me separan dos décadas,  quedó situado en el siguiente espacio intermedio.

Y yo, que aún cogí esa etapa en la que te exigían sobresalientes, que nunca supe leer cómics porque me voy detrás del texto y se me olvida “leer” los dibujos  (y vuelta a empezar, claro), y que nunca me emocioné con los superhéroes, me encuentro desde hace un tiempo con la obligación de cambiar y recolocar conceptos en lo que a cultura se refiere.

No ha sido de repente, claro, pero el proceso se aceleró con un debate recienteprovocado” por Gonzalo y que tuvo su guinda en ¿Cultura? ¿Qué cultura?, con una síntesis a su estilo: «a raíz del papel del narcocine mexicano como ejemplo interesante de determinados modos de producción, surgió la cuestión del valor cultural de estas obras y, asociado, el aspecto moral de sus héroes y su más que posible financiación con dinero de orígenes poco agradables”.

Mi tendencia a intelectualizar me llevó a una reflexión, ya no sé si ética o estética, pero al ser invocado, entró en escena el Profesor Repronto y me tuve que rendir a la evidencia. Y como la vida son causalidades y casualidades, en A Coruña se ha celebrado este fin de semana la (S8) I Mostra de Cinema Periférico  y uno de los de sus ejes centrales fue el Trash entre amigos en la antigua cárcel de Coruña, a la que por fin se empieza a dar un uso “cultural” (por si a alguien le quedaban dudas de que sí es cultura).

Así que ahí estuve yo (y muchísimas más personas pero más jóvenes) en el patio de hombres de la antigua cárcel, al lado de nuestro Faro de Hércules Patrimonio de la Humanidad viendo “El ataque de los muertos sin ojos” de Amando de Ossorio (1973/ 91’), de la mano de Rubén Lardín, el Señor Ausente, Nacho Vigalondo y El Profesor Repronto. Con sus respectivos micrófonos en mano, nos deleitaron con una película paralela y simultánea, acompañados por los inestimables comentarios de las gaviotas made in Galicia y convenientemente inspirados con  buen licor café casero, en botella de diseño, que sirvió de paso para establecer el marco de referencia con Lost.

¿Qué puedo decir? Que viví una experiencia de cine socializado que no me ha dejado indiferente, que me he reído con ganas y que estos “chicos”, que no dejaron títere con cabeza, saben mucho, ¡muchísimo! De este “trash entre amiguiños”, como lo han rebautizado, hablarán ellos, así que incorporaré los enlaces en unos días, igual que un par de fotos con el Sr. Repronto y otro “clásico” de la Red que también acudió a esta cita.

Lo que es seguro es que no me voy a enganchar yo a los cómics ni a los superhéroes, y que nunca será mi estilo de cuestionar o, mejor dicho, de expresar, pero que se incorporan a mis referencias de consulta en este desenmascaramiento del tramposo debate, al que nos tiene sometidos el poder establecido, alrededor de la cultura y los derechos de propiedad intelectual.

Precisamente sobre esto aporta Gonzalo en su post de esta tarde un par de vídeos, uno de ellos una “delicada reflexión repleta de silencio de Felipe. G. Gil (Zemos)” que resulta muy clarificadora de esta realidad que interrumpimos los “cenizos» porque «no estamos hablando de un problema ético, es una cuestión económica”.

La SGAE y Teddy Bautista (cuya pensión superará los 20.000 euros mensuales cuando se jubile) lo tienen claro: “no todos los monopolios son malos, no es un monopolio de hecho, es un monopolio de derecho, es un insumo más” (ahí por el minuto 5). Y también Ramoncín que afirma que Internet no puede ser el altar de todos los descerebrados que hay en este país y no puede ser que todos los mal llamados «tontos del pueblo» estén en la red”.

En fin, volviendo al principio, las ventajas y las desventajas de las generaciones intermedias son las mismas: más receptividad para aprender pero, para eso, mucho esfuerzo extra para poder asimilar e incorporar lo mejor de cada casa. Golosa que es una.

Otras visiones:

Video de la presentación: Inicio del Trash

Efectos secundarios do Trash entre amiguiños

Tres imágenes con David Rubín

Más referencias a Lost a través del Licor Café

Postales desde la carcel

Testimonio coruñes

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14 comentarios

  1. No sé por qué esto me ha aparecido actualizado en el RSS. Y vuelves a leer o te reencuetras con algo que no recuerdas. Y hace un pegote de tiempo: caray, qué bien se lo pasan ustedes. Y yo que me lo he perdido.

    1. Pues sí que es curioso, igual es que WordPress tiene memoria y al volver a enlazarle desde este último Trash le entró la nostalgia del primero. Éste, con el «tiburón de dos cabezas», dió para mucho.

      Que tímida y modosita era yo de aquella, ¿se acuerda? Y lo que costaba comentar en su blog de usted… 😉

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